Consejo de los ángeles: Si subiéramos de verdad a un escenario,
se nos pasaría en un minuto.

Todos sabemos lo que es una reina de la escena y hasta es
probable que en este momento haya una en nuestra vida que nos
exige una atención absoluta.  Las reinas de la escena se caracterizan,
bien por cometer todo tipo de locuras que las mantienen siempre
al borde del desastre, bien por exagerar las cosas normales que les
ocurre.  En todo caso, se trata de convertir el mundo en un
escenario en el que sólo están ellas.

Las reinas de la escena llevan las típicas gafas humanas de aumento, que
convierten cualquier hecho banal en un drama de enormes proporciones;
no pueden entender por qué su última crisis amorosa
no aparece en la televisión o por qué la prensa nacional no hace eco
del problema de sus uñas rotas, pero lo que peor comprenden es
por qué no les duran las amistadas.  Los ángeles saben que, en el fondo,
una reina de la escena es una persona de espíritu, que tiene una
apasionada vinculación con la vida.  En el caso de que, dentro de nosotros,
haya una - y, seamos sinceros, quién no lo es un poco – debemos pedir a los
ángeles que nos enseñen a emplear provechosamente esa
tendencia.  Escuchando más a otras personas y menos a nosotros mismos,
probablemente, descubramos que es mucho más apasionante observar
el continuo drama y la continua comedia de la vida que crearlo.

Hay dos tipos de reina de la escena: la que lo demuestra y la que
lo esconde.  Esta última vive a través de terceros, de las novelas románticas,
las películas o los dramas ajenos.  Si somos así, deberíamos preguntarnos
por qué nos encanta la crisis, la inestabilidad y la
pena o el dolor extremos, pero si estamos hartos de nuestras locuras,
será mejor pedir a los ángeles que nos ayuden a encontrar formas
más positivas de conectar con nuestro espíritu creativo.

Meditación de los ángeles: Busco formas sanas de encontrar
sentido a mi vida y vivirla apasionadamente.