"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc. 23, 46)
"Jesús, dando una gran voz, dijo: Padre, en tus manos entrego mi espíritu... y diciendo esto, expiró" (Lc 23,46).
Reflexión: Jesús da una gran voz de nuevo para pronunciar su última palabra en la cruz. Entregó su vida en manos de Su Padre. Aparentemente su vida terminó en fracaso, pero era preciso que el grano de trigo muera para que pueda dar frutos…
El árbol de la cruz es el único camino para la salvación. Adán y Eva pecaron, comiendo del árbol del bien y del mal, queriendo ser como Dios.
¿Quieres ser como Dios? Ahora Jesús, Dios-Hombre, se presenta como el nuevo fruto en el árbol de la cruz, para que podamos comer de Él, entonces seremos como Dios, participaremos de su Pasión, con la viva esperanza de participar de su Resurrección. ¿Comeremos el fruto de este árbol? Medítelo.
Gracias, Jesús. Has trazado un nuevo horizonte ante mí. Un nuevo camino por andar. La aventura de mi vida. Dame la valentía y fortaleza de perseverar hasta el final como Tú.
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