Cuando nos conocimos, y parece que yo siempre te conocí, porque no concibo recordar como era el mundo antes, te mostré la Noche Oscura. Quería ver como enfrentabas tus propios límites. Ya sabía que estaba delante de mi Otra Parte, y esa Otra Parte iba a enseñarme todo lo que yo necesitaba aprender, este fue el motivo por el que Dios dividió al hombre y la mujer. Brida tocaba la flor. Era la primera flor que veía en muchos meses. La primavera había llegado.
-Las personas dan flores de regalo porque en las flores está el verdadero sentido del Amor.
Quien intenta poseer una flor, verá marchitarse su belleza. Pero quien se limite a mirar una flor en un campo, permanecerá para siempre con ella. Porque ella combina con la tarde, con la puesta del sol, con el olor de la tierra mojada y con las nubes del horizonte. Brida miraba la flor. El mago volvió a tomarla y la devolvió al bosque. Los ojos de Brida se llenaron de lágrimas. Estaba orgullosa de su Otra Parte.
-El bosque me enseño esto: que tú nunca serás mía y por eso te tendré para siempre. Tú fuiste la esperanza de mis días de soledad, la angustia de mis momentos de duda, la certeza de mis momentos de fe.
“Porque sabía que mi Otra Parte iba a llegar un día, me dediqué a aprender la Tradición del Sol. Solo por tener la certeza de tu existencia, es por lo que continué existiendo.” Brida no conseguía contener las lágrimas.
Entonces tú llegaste y comprendí todo esto. Llegaste para liberarme de la esclavitud que yo mismo me había creado, para decirme que estaba libre, que podía volver al mundo y a las cosas del mundo. Yo entendí todo lo que necesitaba saber y te amo más que a todas las mujeres que conocí en mi vida, más de lo que ame a la mujer que me desvió, sin querer, hacia el bosque.
Me acordaré siempre que el amor es la libertad. Esta fue la lección que tardé tantos años en aprender.
Esta fue la lección que me exilió, y que ahora me libera.
|