Envuelto en gruesas pieles y capas de grasa para luchar contra el agrio frío del ártico, el oso polar vive y caza en las tierras cercadas por la nieve y en caudales de hielo que rodean al Polo Norte. Un consumado nadador y un depredador solitario -lo es en los caudales de hielos de su dominio-, lo que le puede llevar más allá de su lugar de origen.
El oso polar habita las costas árticas e islas de los cinco países que rodean el Polo Norte: Estados Unidos (Alaska), Canadá, Dinamarca (Groenlandia), Noruega y Rusia. Es la única especie que aún abunda en niveles originales, alrededor de 20.000 en libertad.
Sin embargo, incluso en el prístino entorno ártico, los osos polares está amenazados por la propagación de compuestos químicos que destruyen las hormonas y por el recalentamiento del planeta. Esto afecta al ecosistema bordeal del hielo polar, el hábitat de las morsas, focas, pingüinos y osos.
El recalentamiento del planeta podría estar teniendo ya un efecto negativo en los osos polares. Según un estudio de los Servicios Canadienses sobre la fauna y flora silvestres, se ha ido reduciendo el número de ejemplares en la Bahía Hudson de Canadá (ver mapa), El hielo de la bahía se está derritiendo una media de tres semanas más rápido que a mediados de la década de los 70. Esto obliga a que el oso polar retroceda bastante en tierra firme antes de que hayan podido rellenar sus reservas de grasa nutriéndose de cachorros marinos que viven en el hielo.
Los osos polares de la Bahía de Hudson son únicos en el Ártico porque ayunan entre seis y ocho meses de hibernación y su supervivencia depende de la caza del invierno. Durante las largas temporadas sin hielo durante el verano del Ártico, los osos permanecen mucho tiempo ocioso en tierra. El retraso de las heladas hace que los osos polares pierdan reservas críticas de grasa, lo cual afecta a la reproducción y a la capacidad de las hembras embarazadas de producir suficiente leche para sus cachorros. Los científicos ya ha registrado una caída del 15% en la tasa de nacimientos.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA *) trabaja con los gobiernos para designar zonas protegidas especialmente para la fauna y flora silvestres en todo el mundo. En 1973, Canadá, Estados Unidos, Dinamarca, Noruega y la ex- Yugoslavia firmaron el Acuerdo Internacional sobre la Conservación de los Osos Polares y de su Hábitat. El objetivo es proteger los ecosistemas de los osos, especialmente sus zonas de guarida y de alimentación y sus rutas migratorias. El acuerdo prohibe la caza desde aviones y desde motoras. A pesar de todo, los osos polares corren peligro de ser cazados y también peligra la alteración de su hábitat a través de exploraciones petrolíferas.
En la parte más septentrional de Rusia otro organismo de las Naciones Unidas, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD *), trabaja con comunidades locales para proteger las zonas en las que vive el oso polar. La gente se implica en mejorar el control del ecosistema del que dependen los osos polares y otras especies para su supervivencia. Los indígenas cazan osos polares durante todo el año, pero al utilizar métodos tradicionales los ejemplares que matan no constituyen una amenaza para la supervivencia de estos animales.
El PNUMA y otro Organismo de las Naciones Unidas, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) crearon el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (PICC *) para evaluar el impacto del cambio climático. Se descubrió que el Ártico era la zona más vulnerable de la Tierra.
Como parte del esfuerzo mundial para proteger la biodiversidad mundial, el (PNUMA *) controla uno de los acuerdos de conservación más importantes, la Convención de sobre el Comercio Internacional de Especies amenazadas de Fauna y Flora silvestres, conocido como CITES. Aprobada en 1973, se convirtió en ley internacional dos años más tarde.
Más de 150 gobiernos han ratificado el tratado, que ofrece una amplia protección a más de 35.000 especies de animales y plantas, dependiendo de su condición en la Naturaleza y de las consecuencias que el comercio internacional tenga sobre ellos. CITES prohibe el comercio internacional de especies en peligro de extinción como los leopardos, los tigres, los grandes simios, muchas tortugas y aves de presa. También da protege a otras especies que no están amenazadas pero que pueden correr serio peligro a menos que se regule estrictamente el comercio internacional.
|