La tala de los árboles de la selva del Amazonas ha sido masiva, llegando a doblar las previsiones estimadas, lo que ha perjudicado notablemente la zona y, además, ha supuesto un riesgo para el medio ambiente, ya que la tala desmesurada podría reducir la capacidad de la selva para retener los gases del efecto invernadero.
El estado actual del Amazonas y sus consecuencias para el medio ambiente.
La selva situada en la región sudamericana de Amazonia es una selva tropical con una gran extensión, rozando los seis millones de kilómetros cuadrados, constituyéndose como el bosque tropical más grande de todo el planeta.
La selva amazónica discurre por ocho países sudamericanos, siendo Brasil y Perú los que cuentan con más parte de ella. Los otros seis países son los siguientes: Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Guayana Francesa, Surinam y Bolivia.
La selva se encuentra en la actualidad en una situación muy preocupante, ya que la tala de árboles se ha acrecentado de forma exagerada para alimentar a las reses brasileñas y para proveer a la industria maderera de los diferentes países que cuentan con parte de la selva.
Algunas asociaciones y organizaciones no gubernamentales de carácter ecologista han alertado de la destrucción de la selva amazónica y han denunciado la falta de respeto al acuerdo de tala selectiva que impide la deforestación, ya que se talan árboles de forma aislada, sin dejar claros en el entorno.
Esto lo demuestran los datos de la tala selectiva: 20.100 kilómetros cuadrados fueron talados siguiendo este acuerdo, pero otros 17.000 kilómetros cuadrados se talaron eludiendo el compromiso. Las estimaciones sitúan la pérdida de árboles en 50 millones de metros cúbicos cada año, pero no sólo se pierden árboles, sino que esta tala masiva da lugar a la extinción de muchas especies, una de las peores consecuencias medioambientales de la tala no selectiva.
Es importante señalar que, además, existen unas zonas de especies protegidas, pero aun así no se libran de la deforestación, pues la tala selectiva también ha llegado a estas áreas, estimándose la pérdida de más de mil kilómetros cuadrados de áreas protegidas siguiendo el acuerdo de tala selectiva.
Esta deforestación perjudica el medio ambiente de forma considerable. La deforestación provoca la extinción de especies animales y vegetales, produce calentamiento global y pone en riesgo la salud de la población, pues los bosques dejan de almacenar nitrógeno y reducen sus emisiones de oxígeno. Por otro lado, la deforestación supone cambios climáticos y provoca la desertización.
La flora y la fauna del Amazonas
La selva amazónica rodea al río Amazonas, el más largo y caudaloso del mundo, lo que ha provocado la aparición y desarrollo de muchas especies animales y vegetales.
Existen en la zona todavía plantas desconocidas. La selva amazónica presenta innumerables ecosistemas debido a su extensión, aunque la mayoría de ellos cuentan con un factor común: las especies tropicales.
Una de las plantas más significativas de la zona es la Victoria Amazónica, el nenúfar más grande de la especie, con un diámetro que puede llegar a medir un metro.
En cuanto a la fauna, los mamíferos son los más abundantes y entre ellos, el mono, el jaguar, el ciervo, el puma y el tapir.
En el río se pueden encontrar delfines, entre los que destaca el delfín rosado, único en la zona. Las tortugas tanto terrestres como acuáticas, los caimanes, los cocodrilos y las serpientes, entre ellas, la anaconda, forman parte de la fauna amazónica.
En cuanto a las aves, el águila, el tucán y el guacamayo son las más populares.