Obsérvate, y siente.
Tienes que abrir tus
sentidos
y averiguar qué
quieres,
qué sientes, a qué
hueles,
cuál es tu voz y tu
tacto, qué ven tus ojos.
Después, sigue tu
camino con paso firme;
no pises a las hormigas
ni tampoco dejes que te pisen.
Has aprendido a
respetarte
y la vida al completo
te respetará.
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BUENA
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