Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Los sentimientos del corazon
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Panel de poemas 
 Presentate 
 Panel de fondos 
 Panel de practica 
 Comunidades amigas 
 Cartelitos para contestar msn 
 Paginas interesantes 
 representaciones pps 
 Descargar programas 
 Letras de canciones 
 Panel General 
 Reflexiones y sentimientos 
 Rincon chistoso 
 Firmas 
 Material fondos 
 separadores 
 Imagenes 
 Panel de tutoriales 
 Fondos Administracion 
 Rincon Pipoll 
 
 
  Herramientas
 
General: .-.-.LA RUEDA LOCA.-.-.
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Ximena777  (Mensaje original) Enviado: 30/06/2009 05:58

 

 

 

 

El circo daba su función en Buenos Aires, Argentina. Estaba repleto de gente que, entusiasmada, esperaba cada actuación con gritos y aplausos. Los payasos hacían desternillarse de risa a chicos y a grandes. Entre ellos se destacaba Peporrete, que con sus saltos y piruetas acaparaba la atención de todos.

Su acto final, cada noche, era tomarse de los tobillos, formar una rueda con el cuerpo y rodar así por toda la pista. La gente aplaudía a rabiar.


Esa noche Peporrete hizo lo mismo. Pero al rodar en la rueda loca, se le clavó en el pecho la punta de un tornillo que estaba oculto bajo la lona. El hombre sintió la punzada, pero siguió como si nada hubiera ocurrido. Sin embargo, la contusión interior, igual que la quebradura de un cristal que se raja, fue avanzando poco a poco. Una semana después, en plena actuación, Peporrete murió de un aneurisma.

¡A qué extremos llega un artista, exponiendo su arte, para traer felicidad al público! He aquí un hombre que vivió para hacer reír. Tenía una facultad inimitable. Su acto final, «La rueda loca», acto que él mismo había creado, lo ejecutaba con entusiasmo y dedicación. Pero esa dedicación le costó la vida.

Esto nos lleva a hacer dos reflexiones. La primera es que lo que no se hace con entusiasmo no merece hacerse. ¡Son tantas las personas que llevan una vida muerta, que no tienen pasión! Esa no es la vida que nuestro Creador quiso que tuviéramos. Él nos creó para vivir con entusiasmo, con arrebato. Él quiere vernos alegres y optimistas. Peporrete murió, pero la vida que llevó la vivió al máximo.

La otra reflexión es más emocional y sensible. Peporrete no es el único hombre que haya llevado una herida en el corazón. Y no es tampoco el único que haya muerto lentamente por esa herida.

¡Cuánta mujer, cuánta esposa fiel y buena, ha sido engañada por su marido, lastimando su corazón para siempre! ¡Y cuánto hombre hay, también fiel y bueno, a quien su esposa le falló, y aunque hubo reconciliación, la herida ha quedado, mucho más dolorosa que cualquier herida del cuerpo!

¿Hay alguna cura para las heridas del alma? Sí, la hay. El gran Médico divino, Jesucristo, sana por completo las heridas del corazón. Él alienta a los afligidos, devuelve la paz a los atribulados y consuela a los enlutados. Los que sufren no tienen que hacer más que acudir a Él, buscarlo de todo corazón y clamar desde el fondo de su angustia. Cristo, el Amante Pastor, viene entonces para consolar y curar.

Entreguémosle nuestro dolor a Cristo. Él transformará nuestras lágrimas en gozo.

Hermano Pablo

 

 

 

 

 

 




Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: ana66 Enviado: 30/06/2009 07:57

x1pjzf2ryhxrujxp7xpdhknva0.gif



 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados