Encadenándote a mis sueños
Haz abierto un umbral en mí,
has mostrado a mi cuerpo
otra forma de sentir.
Vas quitando poco a poco el velo de inocencia
que reposa en mis ojos,
apoderándote de cada uno de mis pensamientos…
Tu voz llega, me invade,
y aún en
la lejanía,
siento como tu cuerpo posee el mío,
puedo sentir tus manos
recorriendo mi cuerpo,
tus labios explorando mi espalda,
tu piel me quema y hace
que arda en deseos,
siento como tu boca bebe el néctar
que mi cuerpo te
entrega.
Me siento tan tuya,
mi alma esta presa de ti y me
gusta…
En la inocencia y la curiosidad descubro tu cuerpo,
cada uno de
sus rincones,
todo cuanto veo es nuevo y
en mí se debaten el miedo y esta sed de
ti
que pide a gritos que la calmes.
Pruebo todo de ti, cada sabor hace
que mi
cuerpo se estremezca de placer;
mis adentros te desean y
ya no aguanto más, me
entrego a ti quiero
que me poseas tanto como quieras
ya no hay limite alguno
todo te pertenece,
quiero sellar esta entrega
con sangre lo hago porque quiero
marcarte para siempre.
Mientras me entrego a la cadencia
de tus
movimientos mi corazón danza
de alegría, de amor.
Cada instante de placer supera
el anterior
puedo sentirte mío, sentir dentro de mí,
como sepultas mi inocencia
y
haces nacer a la mujer,
me duele pero me agrada es dolor de libertad…
Siento como me inundas por dentro,
puedo ver en tu rostro el amor el placer
y
eso hace que te ame a un más, me llenas,
me llenas de ti, me has hecho mujer, tu
mujer…
Abro los ojos y aún te siento en mí,
te busco con mis manos pero
tu cuerpo sé ha ido,
sólo era un sueño, un dulce sueño,
el mejor de todos debo
agregar,
mi cuerpo tiembla nunca sentí tanto éxtasis,
tanto placer y ahora sólo
puedo resignarme a seguir encadenándote a mis sueños y esperar
que algún día
llegues a mí, a mi cuerpo, a mi realidad.
de Ángela
Martínez
Colombia
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