ACUMULAR FELICIDAD
Un niño (y también un adulto) con la autoestima alta sabe
que es responsable de su propia felicidad, que nadie es capaz de hacerle feliz,
porque la felicidad depende factores personales, no de lo que otros le puedan
dar o quitar.
La consumista sociedad actual nos vende la idea de que
tenemos que ser felices todo el tiempo, que la felicidad está en el poseer, en
el tener. Un niño con una autoestima alta sabe que no puede ser feliz todo el
tiempo, que la vida está llena de momentos buenos y momentos malos, que hay
instantes alegres e instantes tristes. Sabe que la felicidad está en el amor,
en la ternura, en el cariño, y no en las cosas materiales.
Se nos dice que la felicidad es algo que tenemos que llegar
a alcanzar, casi siempre en el futuro. La felicidad, sin embargo, sólo es
posible encontrarla en el presente. Y ese niño sabe que él puede elegir, puede
decidir en cada momento dónde centra su atención. Algunas personas acumulan
experiencias negativas, mientras otras personas, ante los mismos hechos,
almacenan experiencias positivas. El niño con la autoestima alta sabe que él es
quien pone los filtros y quien decide en qué lado pone sus propias
experiencias.
Acumular felicidad, le da al niño poder personal, le enseña
que es responsable de su propia felicidad, que puede elegir cómo experimentar
su vida, que depende de él cómo se siente y qué recuerdos almacena.
Un niño con la autoestima alta sabe que tiene poder sobre
sus propios recuerdos, que decide qué merece la pena recordar y qué no lo
merece. Sabe que puede decidir recordar las cosas buenas y olvidar lo que le
hace sentirse mal, que el sentido de sus sentimientos lo pone él, que sentir
cosas del pasado no tiene sentido.
Un niño con la autoestima alta sabe escuchar su propia voz
interior, y no le importa lo que la gente piense de él. ¡Lo que le importa es
lo que piensa él de los demás! Está siempre dispuesto a conocer gente nueva, a
comunicarse, a intercambiar sentimientos.
Un niño con la autoestima alta está orgulloso de sí mismo, se
quiere y se considera a sí mismo como un ser humano valioso. Rechaza las culpas
que otras personas tratan de hacerle sentir. Sabe que no es su culpa si su
padre o un profesor se enojan, que no es su culpa si su equipo pierde un
partido. Es responsable de sus conductas y de sus sentimientos. De nada más. Y
sabe que si se equivoca puede rectificar.
Un niño con la autoestima alta no se compara con otras
personas. Sólo se compara consigo mismo, si cada día se supera un poco más, si
cada día es mejor que el anterior.
Desconozco el autor.
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