Una mañana el marido se despierta y le pellizca una nalga a su
mujer y le dice:
"Si hicieras ejercicios para darle firmeza a ese culito, podríamos librarnos de esa fajita".
La mujer se controló y le pareció que el silencio era la mejor
respuesta.Al otro día el marido despierta y le da un pellizco en los senos y
le dice:
"Si consiguieras dar firmeza a esas tetitas podríamos librarnos de ese sostén…"
Aquella gota colmó el vaso. El silencio, definitivamente, no era la
mejor respuesta. Entonces ella se volvió hacia él, le agarró el
pene y le dijo:
“Mira, Si tu consiguieras dar firmeza a este palito, podríamos librarnos del cartero, del carnicero y hasta de tu amigo Paco! " DE MI CORREO.....
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