Otoño sin ti.
Tu amor llegó una tarde de otoño, entre nubes de aguas escasas de sol. Del frío surgieron abrazos de abrigo, ilusiones y risas plagadas de amor.
Tu amor llegó y no lo esperaba, de a poco y despacio llenaste mi ser. Benditas las calles que nos recibían, benditas tus manos tocando mi piel.
El calor se mantuvo por varios abriles, mas el tiempo de caos habría de llegar. El alma lloraba implorando perdones, llovían las hojas, llovía el dolor.
Tu amor se fue una tarde de Otoño, Entre nubes de aguas carentes de sol, Malditas las calles que ya no recorro, malditas mis manos vacías de ti.
El último otoño volví a sentir frío, de tanto recuerdo de ti congelado. Del frío han surgido nostalgias de sueños, temores y llantos plagados de horror.
Y aquí estoy en vida muriendo de frío, entre otoños inertes y abriles desiertos. Rogando que vuelva tu mano a la mía, soñando despierto el calor de tu amor. Irarrazabal
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