Esperaré a que las hojas del otoño
se cansen de mirarme
hasta que las lunas se hagan de leche
y un río de miel se deshaga en mi boca
Esperaré tus ojos como ciego pájaro
en la noche silenciosa
tus manos para conocer los caminos
de mis futuras órbitas...
Esperaré porque se consume ya un fuego fatuo en la memoria
y me duele el cansancio de una larga tristeza
Te esperaré hasta el final de los finales
para hallar la muerte en la paz de tus entrañas
Porque no hallo otra cosa que nombrarte...
Porque no soy otra cosa que tu propio espejo
devolviéndose la imagen...
Esperaré porque en tus manos llega el aire
que me habita...
porque te has adueñado de mi absoluto presente
porque no existo sin tu vida
porque sin ti soy nada inhabitada
Te esperaré con el vientre lleno
de albahacas moradas
con un ramo de vientos en los ojos y una espiga dorada
arrodillada ante tu vidrio
para rezarte eternidades olvidadas
No haré otra cosa que esperarte, amor mío
hasta que se caiga el cielo y los astros se vuelvan a adorarte
porque llevas la sangre que necesito
para beberme la vida en tu cauce...
Te esperaré, te esperaré hasta que llegues
hasta el final de las lunas
para borrar los regresos y los adioses
para entregarte el universo
y que mi alma descanse
y jamás dejarte ir...
Zoé Jiménez Corretjer
2001