Dos señoras se encontraron después de un buen tiempo sin verse y una le pregunta a la otra:
- ¿Y cómo están tus hijos, Rosa y Francisco?
-
Ay querida, Rosa se casó muy bien. Tiene un esposo maravilloso. El se
levanta de madrugada para cambiar los pañales de mi nieto, prepara el
café en la mañana, lava los platos y ayuda en la cocina. Después
de todo esto se va a trabajar. Un amor de yerno, gracias a Dios.
- ¡Que bien, querida! Y tu hijo Francisco, ¿también se casó?
- También se casó, pero tuvo mala suerte. Su matrimonio anda mal...
Imagínate que él tiene que levantarse de muy temprano para atender ami
nieto, prepara el desayuno, lava los platos y ayuda a cocinar i pobre
hijo!! Y después de hacer todo esto sale a trabajar para conseguirle
el sustento a la vaga de mi nuera!!
todo una injusticia querida.