Cuatro jóvenes recién graduados de cuatro importantes centros tecnológicos en el mundo (MIT, Harvard, Oxford y la Universidad de La Coruña), solicitan empleo en una gigantesca empresa multinacional ubicada en Nueva York. Al cabo de unos días les llaman para una entrevista con el Director General. Al llegar el Director, les indica que deberán responder a una única pregunta y que, dependiendo de sus respectivas respuestas, podrá clasificar a cada uno como candidato.
En la entrevista el Director les pregunta: - ¿Cuál es la cosa más rápida del mundo?
El graduado de MIT contesta: - El pensamiento.
Y le pregunta el Director: - ¿Por qué?
- Porque un pensamiento ocurre casi instantáneamente.
El Director le indica que le encanta y cree que es una excelente respuesta.
Pasa entonces al graduado de Harvard, que contesta: - Un parpadeo de ojos.
Explíquese -le pide el Director-.
- Porque es tan rápido, que, a veces, ni sentimos cuando lo hacemos.
El Director se queda encantado.
El graduado de Oxford responde: - Señor Director, mi respuesta es: ‘La electricidad’.
- ¿Puede decirme por qué piensa eso?
A lo cual, el de oxford le responde: - Llegamos al interruptor de la luz y podemos, con un ligero movimiento, encender una luz que está siendo generada a 50 Km. de distancia.
- Excelente -responde el Director-.
Y ahora le toca a Manolo, el gallego de la Universidad de La Coruña: - Caramba, hombre!... ¡La diarrea! El Director, confundido, le espeta: - ¿Usted está de broma?... ¡¿Qué está diciendo?!
El graduado gallego le contesta: - Anoche he tenío una diarrea tan fuerte, que antes de poder siquiera pensar, parpadear o encender la luz, ya me había cagáo. - ¡El empleo es suyo!
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