Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

MALAGUEÑOS SOLITARIOS Y AMIGOS
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
  
 ◄ NUEVO DESAFÍO - 26 ► 
  
 // TUTO MAGICAL FOREST // 
 // TUTO COLD MORNING // 
  
  
  
  
  
 ◄GENERAL► 
  
 ◄RETOS PSP► 
  
 ◄TUBES MISAE► 
  
 ◄EL DESAFIO► 
  
  
  
 ◄REGALOS POR PARTICIPACION► 
  
 ◄ME PRESENTO 
 ◄NUESTRO CHAT 
 ◄NORMAS 
 ◄HERME POR SIEMPRE 
 ◄JULIETA POR SIEMPRE 
  
 ◄WEB DE MISAE 
  
 ◄ADMINISTRACCIÓN► 
  
  
  
 ◄ BUZONES ► 
  
 ◄ROBO DE BANDA 
 ◄REFLEXIONES 
 ◄SONRIE 
 ◄CUMPLEAÑOS 
 ◄POEMAS 
 ◄POEMAS DE NUESTRA AUTORIA 
  
 ◄MI MALAGA 
 ◄NUESTRA MUSICA 
 ◄TUS RECETAS 
 ◄FONDOS MISAE 
 ◄FONDOS 
 ◄GIFTS 
  
 ◄ALBUM AMIGOS_15► 
  
 ◄DISEÑOS MISAE 
  
 ◄OFRES FIRMAS 
 ◄RECOGE FIRMAS 
  
  
  
 ◄AULA PSP 
 ◄TUTOS PSP 
 ◄PRINCIPANTES 
 ◄MEDIOS 
 ◄AVANZADOS 
 ◄AVANZADO SUPERIOR 
 ◄APRENDIENDO CON FILTROS 
 ◄RECURSOS PSP 
 ◄EXPOSICION PSP 
 ◄TUTOS ALUMNOS 
  
 ◄TUTOS MISAE 
 ◄TUTOS SUIZA BELLA 
 ◄TUTOS GUGU 
 ◄TUTOS EMILIETA 
 ◄PERMISOS TUTORAS 
  
  
  
 ◄EXPOSICION TAG A 6 MANOS 
 ◄GALERIA ARTISTAS 
  
 ◄TALLER DE FONDOS 
 ◄TUTOS FONDOS 
 ◄MATERIAL FONDOS 
  
 ◄TUTOS DIVERSOS 
 ◄ENVIA TU TUTO 
 ◄TODO NICK 
  
 ◄NUESTROS BANNERS 
 ◄COMUNIDADES AMIGAS 
  
 
 
  Herramientas
 
۞‏ INCALONE: El error perfecto
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: incalone  (Mensaje original) Enviado: 14/12/2009 11:57
UN ERROR PERFECTO
 
Mi abuelo amaba la vida, especialmente cuando podía hacerle una broma a alguien.  Hasta que un frío domingo en Chicago, mi abuelo pensó que Dios le había jugado una broma.  Entonces no le causó mucha gracia.  El era carpintero.  Ese día particularmente el había estado en la Iglesia haciendo unos baúles de madera para la ropa y otros artículos que enviarían a un orfelinato a China.  Cuando regresaba a su casa, metió la mano al bolsillo de su camisa para sacar sus lentes, pero no estaba ahí.  Estaba seguro de haberlos puesto ahí esa mañana, así que se regresó a la Iglesia.
 
Los buscó pero no los encontró.  Entonces se dio cuenta de que los lentes se habían caído del bolsillo de su camisa, sin él darse cuenta, mientras trabajaba en los baúles que ya había cerrado y empacado.  ¡Sus nuevos lentes iban camino a China!  La Gran Depresión estaba en su apogeo y mi abuelo tenía 6 hijos.  Había gastado 20 dólares en esos lentes.  "No es justo -le dijo a Dios mientras manejaba frustrado de regreso a su casa-.  Yo he hecho una obra buena donando mi tiempo y dinero y ahora esto".
 
Varios meses después, el Director del orfelinato estaba de visita en Estados Unidos.  Quería visitar todas las Iglesias que lo habían ayudado cuando estaba en China, así que llegó un domingo en la noche a la pequeña Iglesia a donde asistía mi abuelo en Chicago.  Mi abuelo y su familia estaban sentados entre los fieles, como de costumbre.
 
El misionero empezó por agradecer a la gente por su bondad al apoyar al orfelinato con sus donaciones.  "Pero más que nada -dijo- debo agradecerles por los lentes que mandaron.  Verán, los comunistas habían entrado al orfelinato, destruyendo todo lo que teníamos, incluyendo mis lentes.  ¡Estaba desesperado!  Aún y cuando tuviera el dinero para comprar otros, no habían dónde.  Además de no poder ver bien, todos los días tenía fuertes dolores de cabeza, así que mis compañeros y yo estuvimos pidiendo mucho a Dios por esto.
 
Entonces llegaron sus donaciones.  Cuando mis compañeros sacaron todo, encontraron unos lentes encima de una de las cajas.  El misionero hizo una larga pausa, como permitiendo que todos dirigieran sus palabras.  Luego, aún maravillado, continuó: ¡Amigos, cuando me puse los lentes, eran como si los hubiera mandado hacer justo para mí!  ¡Quiero agradecerles por ser parte de esto!
 
Todas las personas escucharon, y estaban contentos por los lentes milagrosos.  Pero el misionero debió haberse confundido de Iglesia, pensaron.  No había ningunos lentes en la lista de productos que habían enviado a China.
 
Pero sentado atrás en silencio, con lágrimas en sus ojos, un carpintero ordinario se daba cuenta de que el Carpintero Maestro lo había utilizado de una manera extraordinaria.
(Cheryl Walterman Stewart)


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados