Obviamente esta es una pregunta que tiene miles de respuestas, pero de acuerdo a lo que se ve en las calles y en nuestros hogares, somos muy pocos los que mas o menos acertamos a la respuesta correcta: Y es que nuestras actividades cotidianas aun dejan mucho que desear.
La respuesta mas acertada para muchos lectores seria. " A ganar dinero", Y esta bien, ganar dinero.
Pero que tanto dinero queremos ganar?
Esta bien sacrificar el tiempo que tenemos para con nuestros hijos y nuestra esposa?
Hace algunos días al saludar a un joven de 17 años que es miembro de nuestra iglesia le dije: Y que tal están tus padres? El muy serio me contesto: A cuales padres se esta usted refiriendo? Yo soy huérfano. Sorprendido le dije: " Pero si tus padres no han muerto, como es eso de que dices que eres huérfano". Guardo silencio,..................... Y cabizbajo , con lágrimas en los ojos me contesto con voz apagada: " No es necesario que mis padres estén muertos para sentirme huérfano: ellos están trabajando y yo casi ni los miro; Están siempre bien ocupados haciendo alguna cosa, y jamás tienen tiempo para conversar conmigo, ni con mi hermano menor".
Las lágrimas comenzaron a inundar sus mejillas, y mi único impulso fue abrazarlo y dejar que llorara en mi hombro. Fue muy,pero muy triste esa conversación con este jovencito, que por cierto se estará graduando este mes con muy altas calificaciones, y algunas menciones honorables debido a su comportamiento y colaboración con los maestros de la escuela. Tal vez sus padres no tengan tiempo de asistir a su graduación, por estar ganando dinero, y me atrevo a decir que también desconocen las grandes cualidades que poseen en su propio hijo. ........ Este jovencito me abrió los ojos al tratar de encontrar consuelo, me enseño que el mucho dinero y mucho trabajo hacen muy mal, Hacen tanto mal que destruyen irrevocablemente la unidad y el calor que debe existir en todas las familias.
De nada me sirio a mi mismo llenarme las bolsas de dinero, comprar casa propia y tener carro ultimo modelo, si durante el proceso de llegar a tenerlo todo, Perdi.....a mi hija y a mi esposa. Tal vez mi hija también tuvo que llorar en el hombro de algún extraño.
Solo recomendarles a todos aquellos que lean este relato, que por favor atiendan a sus hijos, Cualquiera que sea la cantidad de dinero, no alcanza para comprar el amor de un hijo.
Martín. C. Ramírez.
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