A veces huyo por intrincados caminos construidos de palabras, que me llevan a los páramos de nadie. Durante breves momentos siendo este precario puente hacia los otros, con las palabras que me crecen como ramas en la boca, y me sacan de mi silueta de animal desnudo. Desde esta orilla solitaria agito mis palabras mínimas como banderas blancas entregadas a un sueño, y por algún tiempo logro fugarme en las palabras, hermosas.
Carmen Matute
|