Albacahaca del cielo
malva de olor,
salvia dedos azules,
anís desvariador.
Bailan atarantados
a la luna o al sol,
volando cabezuelas,
talles y color.
Las zamarrea el viento,
las abre el calor,
las palmotea el río,
las aviva el tambor.
Cuando es que las mandaron
a ser matas de olor,
todas dirían "¡Sí!"
y gritarían "¡Yo!"
La menta va al casorio
del brazo del cederrón
y atrapa la vainilla
al clavito de olor.
Baliemos a los locos
y locas del olor.
Cinco semanas, cinco,
les dura el esplendor.
¡Y no mueren de muerte,
que se mueren de amor!
Grabiela Mistral