Cascada de estrellas,
cuando llegas,
con viento coreado de
canciones,
que al viejo dolor adelgaza.
El silencio amoroso se
tiñe,
de besos encendidos como
brasas,
liando las pasiones que
se desatan.
El severo sufrimiento se
ablanda,
cuado mi cuerpo,
desramado en el tuyo,
se confina tu regazo de rosas.
La ternura mojada de
caricias se desborda,
tus besos codiciosos
borran mis palabras,
y tu risa donosa mi tristeza tapa.
Como un relámpago de
espumas,
tú caliente dulzura,
derrite
los hielos de invierno,
de mi morada.
Mi cuerpo ebrio se diluye
entre tus brazos de ala
de alondra,
enredándose entre plumas
blancas.
Tú aroma de pan
crujiente,
me persiguen hasta mi
sueño de espiga ,
donde se abre como
semillas doradas.
Luego, cuando te alejas
en la noche,
me quedo vestida de besos
y de caricias destapada.