Así, verte de lejos, definitivamente. Tú vas con otro hombre, y yo con otra mujer. Y sí que como el agua que brota de una fuente aquellos bellos días ya no pueden volver.
Así, verte de lejos y pasar sonriente, como quien ya no siente lo que sentía ayer, y lograr que mi rostro se quede indiferente y que el gesto de hastío parezca de placer.
Así, verte de lejos, y no decirte nada ni con una sonrisa, ni con una mirada, y que nunca sospeches cuánto te quiero así.
Porque aunque nadie sabe lo que a nadie le digo, la noche entera es corta para soñar contigo y todo el día es poco para pensar en ti.
José Ángel Buesa |