Un Pequeño Gesto, Una Gran Ayuda
No retengas tu capacidad de amar.
Tal vez alguien cercano a ti se sienta solo y carente de afecto. Un abrazo tuyo puede ser el Amor de Dios llegando a esa vida.
Quizá otra persona hace mucho tiempo que no se ríe. Un chiste o una broma tuya pueden disparar esa carcajada que renovará el alma de ese ser ensombrecido.
Un conocido tuyo puede estar inmerso en un mar de desconcierto. Dos o tres palabras sabias de tu parte pueden llegar a ser la llave para que el otro empiece a destrabar el asunto.
Alguien está necesitando de las fuerzas que sólo Dios puede dar. Tan sólo una oración tuya puede ser lo que esa persona requiere para que su fe sea renovada.
Una pequeña acción, un pequeño gesto de nuestra parte tal vez representen mucho para alguien atribulado por el dolor y la desesperanza.
No minimices tu capacidad de amar.
No retengas tu capacidad de amar.
Ya sé que también estás necesitado de alguien que te abrace, que te haga reír, que te oriente o que pida a Dios por tu vida. También están tus necesidades. Pero que tus propias crisis no bloqueen el amor que ya hay en tu vida. Alguien necesita de tu afecto, dáselo, no te lo guardes.
Y no dudes que Dios también se encargará de tus necesidades. Su Amor también llegará a tu vida a través de personas que Él cruzará en tu camino. Ahora bien, presta atención, ya que muchas veces estás tan concentrado en tu tristeza que ni registras cuánto afecto estás recibiendo.
No esperemos a que todo esté perfecto para amar.
No especulemos dando amor sólo a aquellos que nos han dado primero.
No pongamos nuestra atención en todas las veces que ese amor no ha sido del todo bien recibido.
El ejercicio del amor está más allá de los resultados inmediatos. Cuando amas lo haces en base a la necesidad del otro, no a partir de sus merecimientos.
Amigo, un pequeño gesto de amor de parte tuya puede ser algo tremendo para otra vida en el día de hoy. Pide a Dios que te oriente y expresa amor a una persona ya mismo. Una llamada, un mensaje de texto, un mail, un abrazo, un "te quiero mucho", un "gracias", una palabra de aliento, un pedido de perdón, un gesto de valoración, algo, algo, algo que Dios ponga en tu corazón. No lo retengas. Deja la mente de lado y que fluya todo lo que hay en tu corazón.
Gustavo Bedrossian
Con Cariño Y Mucho Amor!!
Carlitos