Madre, no sabes cuánto te quiero y te querré.
Eso sí, debes de poder imaginártelo muy bien porque no hay persona en este mundo
que sea capaz de amar de una forma tan inmensa como tú.
Lo estoy intentando, te lo aseguro, pero no soy capaz de expresar todo lo que me viene al corazón
cuando pienso en ti.
Eres una gran mujer, llena de títulos de los que no te vanaglorias, y tan fuerte
que puedes con todo antes de que algo se lleve por delante la felicidad de los que más quieres.
Cuando era niña creía que eras una especie de superheroína,
de eso ya hace mucho tiempo..,
pero hoy en día estoy plenamente convencida de que lo eres.
Titulada en amor, en cada momento te has hecho cargo de mis heridas
en las rodillas y en el corazón, curando con tus besos todos mis dolores.
Madre, fuiste mi niñera, mi enfermera, mi confesora, mi maestra de la vida,
mi eterna acompañante…
Siempre has sabido cómo sellar mis desvelos y mis preocupaciones,
algún día me contarás cómo adquiriste esa gran habilidad,
porque ser tu hija es un gran privilegio y quiero que mis hijos sientan lo mismo.
|