Psicología del color blanco
El color blanco es un color positivo, espiritual y lleno de vida. Es el color más puro y el
que refleja frescura y calma.
Este es el color que representa la limpieza y la perfección. Un ambiente pintado de
blanco es como una hoja en blanco. Nos ayuda mantener la claridad mental, purifica el
pensamiento, nos alienta a mantener el orden y a comenzar nuevos proyectos.
El blanco atrae por su simplicidad, por su pureza y por su luminosidad. Las paredes
pintadas de blanco hacen que el espacio se vea luminoso y tranquilo.
El color blanco es ambivalente. Por un lado, simboliza la inocencia y la apertura, y por
el otro, está asociado a la frialdad y la alienación. Por lo general es percibido como un
color positivo, pero en psicología también tiene significados negativos, como frialdad
emocional, desapego, arrogancia e indiferencia.
Cómo usar el color blanco en decoración
El color blanco genera una sensación de amplitud, pulcritud y eficiencia, pero además
evoca la calma interior. Este es el color ideal para crear un diseño de interiores
minimalista o escandinavo.
El blanco, así como el color negro, se debe matizar con otros tonos de color. De lo
contrario, el ambiente se verá aburrido y generará emociones negativas: vacío, rigidez
y aislamiento.
El efecto del color blanco en decoración está
regido por los colores con cuales se combina.
El blanco combinado con amarillo, naranja o
azul es enérgico y juvenil, mientras que el
blanco con crema y negro, ideal para relajarse
luego de una jornada de trabajo intenso.
Un ambiente blanco puede generar una
sensación de armonía y confort cuando se
utiliza en la decoración una combinación de texturas y materiales opuestos.
Por ejemplo, utilizando superficies mate junto con otras brillantes y las texturas
ásperas junto con las suaves o lisas.
Tomado del libro
Psicología del color