El lado oscuro del conformismo
Aceptar nuestra forma de ser y aquello que nos depara la vida es una cosa,
y otra actitud muy diferente consiste en resignarse y permanecer
impasible sin abordar las realidades que nos gustaría cambiar.
El lema de la rebeldía sana y constructiva es
¡no se conforme!
Por Omar R. Goncebat (EFE Reportajes)
"A falta de pan buenas son las tortas" afirma el refrán en referencia
a quien se conforma con algo que reemplaza a aquello
que quería en primer lugar y no pudo obtener.
"Más vale malo conocido que bueno por conocer..."
reza otro dicho popular, que considera preferible
resignarse a lo que no desagrada o daña en lugar de arriesgarse
a cambiarlo o conseguir algo nuevo.
Frases tan conformistas como letales para el entusiasmo
y la voluntad de superación de una persona,
cargadas de un inmovilismo que llevan al desánimo
y la parálisis vital y, en casos extremos,
a vivir desesperado en silencio.
"Es el lado oscuro del conformismo, si es que puede encontrarse
alguna faceta luminosa en esa actitud de adaptarse
a cualquier circunstancia o situación con excesiva
facilidad, en lugar de rebelarse contra ella",
asegura el psicólogo clínico Carlos Odriozola,
director del Centro de Psicología Humanista, en Málaga, España.
Odriozola ha elaborado un particular 'Manifiesto personal
a favor de la Consciencia", que — según señala — pone a disposición
de "nuestra indignación e inconformismo ante circunstancias
y situaciones de la vida en las que no somos sólo víctimas del desorden
y los intereses ajenos, sino principalmente protagonistas".
El especialista, autor del'Curso de Psicología Práctica para la Vida’,
invita a no conformarnos con "los roles que las sociedad
tiene previstos para nosotros, ni rendirnos a las expectativas
ajenas, a lo que los demás esperan de nosotros".
"Hemos de exigirnos a nosotros mismos estar en contacto con nuestras polaridades
y potencialidades, recordando que afortunadamente somos seres completos,
singulares, únicos e irrepetibles", aconseja el psicólogo.
Según Odriozola, en vez de conformarse con una educación basadas en el miedo,
la comparación, el ridículo y el castigo, hay que exigir para nosotros mimos
y nuestros seres queridos, que esa educación se base en la motivación,
el estímulo, la creatividad y la cercanía."
Tampoco hay que conformarse con una relación
con nuestro propio cuerpo "basada en la moda,
la presión social y las costumbres", ni tampoco con "mantener
unas relaciones mediocres basadas
en la aprobación condicional, la prostitución afectiva
o compra-venta interesada", expresa el experto.
Hemos de exigir relaciones de gozo y crecimiento,
de respeto y consideración, donde nuestro desarrollo
como personas sea lo prioritario. Y esto por una sola razón:
porque nos lo merecemos", enfatiza el psicólogo clínico.
Según este experto, hay que evitar resignarse a
"vivir anestesiado de la mano del piloto automático,
buscando destinatarios múltiples a los que culpabilizar.
Hemos de exigir para nosotros una vida despierta,
vivida desde la consciencia y entendiendo que la responsabilidad
es el más valioso fruto de la libertad".
En su particular cruzada a favor de la rebeldía
y la indignación sanas, Odriozola señala:
¡No se conforme con el placer de los sentidos
y la felicidad de las necesidades satisfechas!;
reivindique para usted la alegría sin motivo que emerge a borbotones
"por el solo hecho de estar vivos".
!NO SE CONFORME!