Miércoles, 24 de junio de 2009
Completamente maduro
Léase Isaías 40.27-31
Nunca nadie oyó, nunca oídos percibieron ni ojo vio un Dios fuera de ti, que hiciera algo por aquel que en él espera.
-Isaías 64.4 (RVR)
CADA año ocurre. Espero y sigo observando mi enredadera de zarzamoras para ver las flores blancas cambiar de zarzamoras verdes a rojas y finalmente a oscuras. Estoy tan ansiosa de que el fruto madure que usualmente tomo esa primera zarzamora antes de tiempo. Nunca está suficientemente dulce. Eventualmente recuerdo el arte de sólo tocar tiernamente las más oscuras. Si está totalmente madura, va a caer en mi mano.
Mi enredadera de zarzamoras me recuerda que Dios conoce el momento indicado para todo lo que ocurre en mi vida. Recientemente sentí esto ante mi frustración con mi trabajo. Sentí la tentación de quejarme o renunciar. Pero esperar el tiempo de Dios significa tener paciencia con compañeros/as de trabajo desconsiderados. Mientras esperaba, pude ver a Dios usando estas circunstancias para producir fruto en mi vida.
El tratar de forzar las cosas para que ocurran de cierta forma es como tomar el fruto antes de tiempo. En cambio, si perseveramos con paciencia, podemos enfocarnos más en el fruto dulce que vendrá en el tiempo del Señor.
Sa. Dolly Dickinson (Carolina del Norte, EUA)
Oración:
Señor, enséñanos a ser pacientes cuando las cosas no van como queremos. Ayúdanos a esperar con fe en ti. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
El tiempo de Dios es perfecto.
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OREMOS:
Por quienes pierden el ánimo mientras esperan.