Proverbios 19:35-37
No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida.
Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis.
Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto.
Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra.
Yo Jehová.
Por: María Elena de Lambaren.
Reflexión
Amiga (o) Alguna vez se ha preguntado por aquellas personas que están siendo angustiadas en algún juicio.
El Señor nos dice en su palabra :
No hagáis injustica en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida.
Hermanos ni siquiera nos imaginamos la vergüenza y el dolor que esto implica, cuántos hay que son sometidos a esa pena siendo inocentes, ya que, el que roba la paz, les ha venido a atacar trayendo a su vida vergüenza.
Cuántos no tienen en ocasiones ni para pagar un buen abogado terrenal, muchos no conocen al mejor abogado del mundo, el que está allá en el cielo, del que nadie se burla, y el que no tomará por inocente al culpable.
Muchas son las aflicciones del justo, más de todas ellas le librará el Señor.
Hay tantas personas padeciendo porque les han quitado una parcela de tierra, o tal vez les han lanzado a la calle por alguna propiedad que han perdido, tal vez no han tenido dinero para pagar la hipoteca de su casa o no tienen para pagar la renta y les han lanzado, hay muchos inocentes que tal vez en este mismo instante están sentados en el banquillo de los acusados, quizás un juicio mentiroso y lleno de falsas injurias les tiene en ese lugar, a quién irán quién les ayudará.
Es necesario pensar un momento en esos lugares de tormento para tomar conciencia y orar por todo aquel al cual el enemigo lo tiene atado en grandes pruebas.
Oremos por aquel que ha perdido un juicio y tiene que padecer en la cárcel, o tal vez se ha quedado en la calle, sin un hogar, oremos por el que ha perdido todo empezando por la dignidad.
Oremos.
Amado y bendito Padre celestial, te alabamos, te bendecimos, y en adoración nos rendimos a tus preciosas plantas, rogándote en todo momento por todo el que ha padecido algún mal de estos. Danos Cristo mucho amor, para ver la necesidad, y no decir otro lo hará, por favor Señor ten misericordia, ten piedad, no te olvides de ellos, apresúrate a salvarlos por amor de ti mismo, ten misericordia de los justos, de aquellos que padecen por la maldad de los malvados que no conocen la piedad.
Apresúrate Señor a socorrerles, ahora es el momento de que te levantes como Poderoso Gigante y extiendas tu mano de poder para levantar al justo de todos los males que aquí padece.
Señor ten misericordia, acuérdate que somos polvo, y sin ti nada somos.
Todo te lo ruego en el nombre de mi Señor Jesucristo amén.
Por. María Elena de Lambaren.
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