Madre fiel y discípulo obediente: MARIA
María es un modelo de obediencia; daba ejemplo con su propia vida de las palabras que dirigó a los siervos en Caná: "haced todo lo que os dijere (Jesús)".
Lectura: Lucas 1:26-56
Hay algo grandioso alrededor de María, la madre de Jesús, que trasciende el pensamiento religioso tradicional. Que ella fuera un vaso privilegiado, escogida para llevar en su seno al Hijo de Dios, ya es en sí una maravilla, porque María participa en el milagro de la encarnación a un nivel que ningún otro ser humano puede comprender. Claro que ella misma no reclamá entenderlo, sino sencillamente adoró a Dios, en reconocimiento humilde del fenómeno que envolvió su existencia:
"Engrandece mi alma al Señor", exclamó ella (v. 46). a nosotros se nos hace difícil compenetrarnos con aquellos momentos desconcertantes por los que ella pasó 1) Cuando Simeón le profetizó que sufriría mental y emocionalmente (2.35); 2) cuando ella y José hablaron con Jesús después de que pensaron que estaba perdido en Jerusalén (2.49,50); 3) Cuando Jesús la reprendió con suavidad en las bodas en Caná (Jn 2:4); 4) Cuando jesús, aparentemente, rechazó los esfuerzos de ella y de sus hermanos por ayudarle, si bien es cierto que éstos no le comprendían muy bien en ese tiempo (Mt 12:46-50). Estos ejemplos nos estimulan a entender que hay sabiduría en la persona en la perseverancia y en la obediencia de seguir las directivas básicas de Dios en nuestra vida, aun cuando los detalles del mecanismo que pone en acción su voluntad no sean lo suficientemente claros, y si un poco desconcertantes.
María también nos brinda un ejemplo sobre el sendero que conduce a la voluntad de Dios. Ella pudo haberse elevado en su posición ante quienes veían a Jesús como lo que rra -el Mesías-, pero, en vez de eso: 1) permaneció firme junto a Él en el camino hacia la cruz, en lugar de buscar protección para si misma (Jn 19.25); y 2) obedientemente se unió a los otros discípulos de Jesús en el Aposento Alto, en espera de la venida del Espíritu Santo, como Jesús lo había mandado (Hch 1.14).
María es un modelo de respuesta obediente, al cumplir con su propia recomendación dada a los sirvientes en la boda en Caná. En esto tenemos un consejo para todas las épocas: "Haced todo lo que os dijere" (Jn 2.5)
Freda Lindsay
Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia. Lucas 1:38
Obedecer al Padre fue algo de suprema importancia para Jesús. La obediencia es la respuesta de la fe a cualquier instrucción de Dios. Jesús enseñó que la verdadera fe siempre se manifestará en obediencia a la voluntad revelada de Dios, Una vida cristiana exitosa será el resultado de buscar y conocer la voluntad de Dios para actuar entonces por fe.
Adoptemos la actitud de María.
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