Martes, 4 de agosto de 2009
Estad quietos
Léase el Salmo 46
Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.
-Juan 14.27 (VPEE)
LA vida parece cada vez más agitada. En las principales estaciones de trenes, durante las horas más ocupadas, cientos de personas transitan veloces para llegar a sus destinos. A bordo de los trenes cada persona está hablando en los teléfonos celulares. En los centros comerciales, las personas compran como si la tienda fuera a cerrar en cualquier momento. Cuando llamamos a un amigo por teléfono, a menudo responde la máquina contestadora. Nuestras vidas son así: afán constante, nunca hay un momento de silencio, siempre escuchando o viendo algún aparato electrónico.
Jesús sabía que era importante retirarse de la multitud para renovar fuerzas para la tarea y paz para el alma. Él sabía que el tiempo dedicado a Dios, escuchando así como hablando, era necesario para continuar la obra que vino a hacer. Nosotros/as no somos diferentes. Necesitamos momentos de quietud en medio de nuestros ocupados días para dedicarlos a Dios, para descansar en sus brazos, para estar quietos en su presencia. Esa quietud hace una gran diferencia en nuestra vida.
Sra. Ann Lockwood (Sheffield, Inglaterra)
Oración:
Dios, ayúdanos a seguir el ejemplo de Jesús, hallando paz y quietud en medio de nuestras agitadas vidas. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
En momentos de quietud, podemos escuchar la voz de Dios.
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OREMOS:
Por quienes están muy afanados/as.