HOY COMO AYER
Hoy como ayer existen personas que pueden hablar fluidamente de deportes, política, filosofía, o sobre cualquier cosa, excepto el amor. Lo cual no quiere decir que no amen. Pueden amar en silencio y aún hablar teóricamente acerca del amor con personas no amadas por ellos. Pero no pueden hablar de amor o comportarse amorosamente con su conyuge, con sus hijos, padres u otros seres queridos. Son los autistas del amor.
Hay personas capaces de hablar de fútbol, de política, aún del amor, de cualquier cosa, menos del Evangelio. Lo cual no quiere decir que les falte la fe. Creen en silencio, como Nicodemo o José de Arimatea. Pueden hablar del Evangelio con sus hermanos evangélicos, pero no con otras personas. Son los autistas del Evangelio.
También hay personas que pueden hablar fluidamente acerca del Evangelio, pero casi no pueden hablar de otra cosa. Ni siquiera del amor. Los que sólo pueden hablar del Evangelio, no han sido capaces de comprenderlo. Son los autistas de la vida.
EL SEÑOR NOS DESAFIA A DAR EL GRAN SALTO DE CALIDAD DE VIDA: DEL AUTISMO AL DIALOGO PLENO Y FECUNDO
En un diálogo entre hermanos en la fe, lo primero que se necesita es que cada uno haya tenido un encuentro personal con Jesucristo para que pueda tener la experiencia de sentirse hermanado con otros que han vivido lo mismo. La experiencia espiritual sigue el siguiente esquema en la vida de la iglesia: ENCUENTRO-- SIMPATIA O ANTIPATIA)--INFORMACION--OPINIONES--(ACUERDO O DESACUERDO).
Creo que es muy importante aclarar lo que significa la palabra diálogo. Esta procede de dos palabras griegas: Dia y lógos. La primera es una preposición que significa a través de, la segunda significa palabra. Luego, el diálogo es lo que se logra a través de la palabra. En el diálogo que se produce en un matrimonio espiritual (que incluye al legal y al religioso) se sigue el siguiente esquema: EL ENCUENTRO CON EL AMOR--(SENTIMIENTOS + EMOCIONES)--INFORMACION--OPINIONES--ENTREGA. La oración de los creyentes espirituales es semejante al diálogo de los enamorados. Dios es amor y por eso nos ama. Pero...¿Le amamos como El nos ama?
CONCLUSIONES
En nuestro tiempo muchos creyentes tienen un impedimento para hablar de su experiencia personal con Jesucristo, son evangélicos autistas. Las palabras de Cristo no suenan claramente, a través de ellos, por eso no pueden ser escuchadas y comprendidas por la sufriente humanidad.
Uno es un autista espiritual cuando tiene el impedimente de hablar a su vecino, amigo o pariente acerca de lo que significa para él la vida en Cristo. El encuentro con Jesucristo nos conduce del autismo al diálogo pleno y fecundo. Ese encuentro debe ser renovado dia a dia.
Dios necesita de nuestras voces para que su voz sea escuchada. El Señor quiere restaurar nuestra posibilidad de hablar plenamente. Esta mañana, la venir a tomar la comunión pidamos al Señor que llene nuestros corazones del poder del ESPIRITU SANTO para que nuestras lenguas sean desatadas. AMEN.
GRACIAS A LA HNA. SILVIA POR EL FONDO
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