LA FAMILIA DEL CÓNYUGE EN EL MATRIMONIO!

La influencia de la familia del cónyuge debe tener un límite en la relación de matrimonio.

La familia de ambos cónyuges debe estar para ayudar y motivar a la pareja a que disfruten su matrimonio y su familia. Nunca para interferir en sus decisiones ni mucho menos para manipularlos para hacer lo que ellos piensan usando condiciones de apoyo financiero o alguna otra por el estilo.

Gen 2:24: Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.

Es evidente que desde el principio de la Creación, Dios determinó que el hombre debería dejar a sus padres para dedicarse a la atención de su esposa. No quiere decir que vamos a abandonar a los padres, pero si que ahora hay una prioridad diferente y los padres de ambos deben aceptarla.

De ninguna otra relación humana dice Dios que “serán una sola carne”, solamente del esposo y la esposa. Ni siquiera con los hijos Dios nos da la intensidad de relación que nos da en el Matrimonio. Cuando Dios habla de una sola carne, habla de un nivel intenso de unidad entre ambos en las áreas  espiritual, emocional y física.

A los padres se les debe respetar y tomar en cuenta por respeto y obediencia a la palabra de Dios; y por su experiencia y conocimiento. Pero las decisiones de familia las deben tomar los esposos siempre y de común acuerdo. En otras palabras, los esposos pueden consultar con sus padres respecto a alguna decisión, solamente para tener más elementos de información, pero la decisión final debe ser exclusivamente de los esposos en el matrimonio.

Los padres que interfieren en las decisiones de sus hijos casados y pretenden obligarlos en alguna medida a hacer su voluntad, generalmente están contribuyendo al deterioro de ese matrimonio.

Si el orden de prioridades en tu matrimonio y tu familia ha estado distorcionado, toma la decisión hoy mismo de poner el orden correcto. El matrimonio es primero, luego los hijos, después los padres y demás familia.

Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!

MIGDALIA