EN NUESTRA HUIDA
"Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma; ¿no están ellas en tu libro?". Salmo 56:8
Agar hizo lo que Sara le dijo: se acostó con Abraham, concibió y le dio un hijo. Pero ese hijo fue motivo de desprecio. Agar llegó a sentirse triste, frustrada y tuvo que huir siguiendo las indicaciones que había recibido.
¿Está usted desilusionada/o tras haber hecho exactamente lo que le indicaron? ¿Está huyendo, al igual que esa esclava, encerrándose en su casa, comiendo en demasía, aferrándose a la carrera o al trabajo y no queriendo afrontar alguna situación dolorosa o humillante?
Hay distintas formas de huir de una situación, no necesariamente yéndose lejos. Si está huyendo, Dios enviará Su ángel para que le encuentre en el camino y le haga la misma pregunta que le hizo a Agar: ¿De dónde vienes y adónde vas? ¿Acaso hay algún lugar en el cual podamos permanecer escondidos de los ojos de Dios? No existe sitio en la tierra donde Cristo no nos pueda hallar.
El Señor sabe de dónde venimos, qué nos pasó, cuál es el dolor que estamos sufriendo, cuál es el rechazo que soportamos. Sí, Él lo sabe todo. El Señor no sólo sabe a dónde vamos sino qué rumbos pensamos tomar de aquí en más. Sabe en qué dirección corremos o hacia dónde nos estamos dejando llevar.
Sí, Él lo sabe todo. Entonces por qué Él hace la pregunta: ¿De dónde vienes y adónde vas? Porque Dios quiere dialogar con nosotros para que lo conozcamos más íntimamente. Para que sepamos que en toda circunstancia Él está a nuestro lado. Dios quiere decirnos que Él ve cuando recibimos un trato injusto y oye nuestro clamor. Quiere que usted y yo sepamos que Él está dispuesto a contestar nuestra oración revirtiendo cualquier situación.
Él quiere hacernos bien, quiere que caminemos en novedad de vida. Con el triunfo seguro por El.
Graciela
Fondo By Silvia |