Hay Que Dar Rienda Para Ser de Bendición
En ocasiones, Dios ministra a nuestras vidas y dice que él hará cosas grandes a través de nosotros, si le permitimos que él nos utilice. Es entonces cuando nosotros nos preguntamos en nuestra mente finita: “¿Y cómo va a pasar eso? ¿Cómo lo va a hacer Dios?”
Miramos nuestras posibilidades y recursos y pensamos que es tan poco. Nos comparamos con otros y sentimos que no somos suficientes, que son muchas las cosas que nos faltan para lograr ser instrumentos de Dios. Quizás planeamos e imaginamos que Dios lo hará de determinada forma, lugar y tiempo.
Pero hace unos días meditaba en una palabra profética que Dios depositó sobre mi vida hace unos años. Dios nos habla de llegar al mundo e imaginamos un avión y puede ser que así sea. Pero no se nos ocurre pensar que llegaríamos al mundo a través de un medio como el Internet. Que tal vez una palabra depositada en una vida a la que podamos llegar, puede marcar la vida de generaciones. Que Dios puede usarnos como instrumentos para marcar la vida de alguien y esas personas tocadas por su poder, jamás serán las mismas.
Pero lo que Dios necesita de nosotros es el deseo y la disposición. La entrega y la pasión, esa llama que avive nuestro interior y nos haga entrar en su presencia para descubrir esos hermosos secretos que están reservados para los que le buscan insistentemente en oración. Es necesario que echemos a un lado los temores, que desechemos los pensamientos negativos y nos pongamos en acción. Y la acción requiere movimiento. No podemos permanecer estáticos. Como dice un refrán: “si el agua se estanca, no podrá correr”. Tienes que dar rienda suelta y multiplicar esos dones que Dios puso en ti para beneficio de su reino. Haz lo que te venga a la mano hacer, no reprimas esa inquietud que hace mucho tiempo Dios ha puesto, hazle caso a esa inquietud de hacer lo que sabes que tienes que hacer. No entierres todo lo hermoso y valioso que Dios ha depositado en ti para que seas de bendición a otros. ¡Deja la duda, atrévete a moverte en la voluntad de Dios!
Te aseguro que cuando obedeces a Dios pasaran muchas cosas, pero una de las mejores es que podrás ver su gloria de una manera impresionante. Verás también como el respalda el trabajo y multiplica lo que ha puesto en tus manos.
¡Anímate, ten fe y actúa!
Autora: Brendaliz Avilés
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