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General: JESUS ES NUESTRO ABOGADO
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: PEDRO PABLO 2  (Mensaje original) Enviado: 05/05/2010 15:10
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EL SEÑOR JESUS COMO EL ABOGADO DE LOS CRISTIANOS

DE

AUTOR  WATCHMAN NEE

 

La obra del Señor Jesús como Salvador es destinada a los pecadores. La obra del Señor Jesús como Abogado es destinada a los cristianos. Como Salvador, el Señor Jesús llevó a cabo la obra de la cruz. Como Abogado, el Señor Jesús aplica la obra de la cruz. Los pecados de los pecadores son perdonados mediante la redención de la cruz. Los pecados de los cristianos son perdonados por medio de la defensa que se basa en la redención de la cruz. Esta defensa presenta a Dios la obra de la cruz, muestra a Dios lo que el Señor Jesús ha logrado, por lo cual, Dios no puede castigar al hombre por sus pecados. Nosotros tenemos un Abogado delante de Dios. Su muerte es presentada a Dios.

El Señor Jesús ha llegado a ser el Abogado de todos los cristianos que pecan, de la misma manera que El ha llegado a ser el Salvador de todos los pecadores. Cronológicamente, primero no nos arrepentimos, creemos, somos regenerados y luego el Señor Jesús muere por nosotros. Por el contrario, mientras aún éramos pecadores, Cristo se hizo Salvador nuestro (Ro. 5:8). De la misma manera, no empezamos por arrepentirnos, y luego El viene a ser nuestro Abogado. Al contrario, cuando pecamos, El se hace nuestro Abogado. No se convierte en nuestro Abogado cuando confesamos nuestros pecados delante de Dios, sino cuando pecamos. Esta es la razón por la cual Juan dice que si algún hombre peca, tenemos un Abogado para con el Padre. El no dice que primero nos arrepentimos, confesamos nuestros pecados y oramos por el perdón, y entonces El llega a ser nuestro Abogado. Más bien, Juan dice que si alguien peca, ya tenemos un Abogado con el Padre. Cada vez que usted peca, en ese mismo instante el Señor Jesús ya es su Abogado delante de Dios. En ese mismo momento, el Señor Jesús le mostrará a Dios Su obra de la cruz, y Dios tendrá que perdonar el pecado de usted. Un cristiano puede confesarse y arrepentirse porque el Señor Jesús es su Abogado. Como abogado nuestro, el Señor Jesús nos defiende y habla por nosotros mientras pecamos; por esta razón, finalmente nos arrepentimos, confesamos nuestros pecados, y pedimos perdón. La abogacía del Señor Jesús no ocurre en el momento en que nos arrepentimos. Más bien, se ejerce mientras estamos pecando. Cuando pecamos, el Señor Jesús ya es nuestro Abogado. Más tarde, somos conducidos al arrepentimiento y a la confesión. El Señor Jesús cumplió toda la obra en un solo día. Todo eso está incluido en esa obra. Hoy el Señor puede presentar esta obra a Dios. Dios ya no nos puede castigar, porque todas las deudas fueron pagadas. Todos las deudas, pasadas y futuras están pagadas. Todos nuestros pecados fueron limpiados por la sangre de Jesús.

 

CAMINAR EN LA LUZ COMO EL ESTA EN LA LUZ

 

El es el Abogado. Pero, ¿qué debemos hacer de nuestra parte? Leamos ahora 1 Juan 1:7: “Pero si andamos en luz como El está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado”. ¿Qué significa estar en la luz? El hombre piensa que estar sin pecado y ser santo significa estar en la luz. Pero ese no es el sentido aquí. Juan no dice que nosotros debemos caminar en la luz así como Dios camina en la luz. No dice que Dios camina. Si ese hubiera sido el caso, el significado sería totalmente diferente. Aquí dice que debemos caminar en la luz como El está en la luz.

¿Cuál es el significado de esta diferencia? Por ejemplo, en este lugar de reunión hay muchas ampolletas, pero nosotros las llamamos la luz. Nosotros estamos ahora sentados en la luz. Por otro lado, mientras nos reunimos, muchas personas a menudo se sientan en las gradas a los lados. Ellos están en la oscuridad. Tal vez no hayan pecado allí, quizás no hayan robado a otros allí. Posiblemente sean mejores y más santos que nosotros. Pero los que se sientan en la luz pueden ver, mientras que aquellos que se sientan en la oscuridad no pueden ver. Dios está en la luz; esto significa que ahora Dios puede ser visto.

En el Antiguo Testamento, Dios para el hombreestaba rodeado de oscuridad. El estaba en el Lugar Santísimo, y el hombre no lo podía ver. En el Lugar Santo había una lámpara, y en el atrio resplandecía el sol, pero en el Lugar Santísimo, no había ninguna luz. Allí Dios era desconocido. El hombre sólo podía hacer conjeturas acerca de El. Pero gracias al Señor que hoy Dios ha sido manifestado en Jesús de Nazaret. Dios está ahora en la luz; no está más en la oscuridad. Hoy día, Dios es un Dios conocido, un Dios revelado. Cuando usted mira a Dios hoy, usted sabe que El es Dios. El evangelio de Jesús de Nazaret es la revelación de Dios. El resplandor del evangelio es el resplandor de Dios. Cuando la luz del evangelio resplandece, vemos a Dios. No quiero decir que no debemos ser santos o que no debemos rechazar el pecado. Estoy diciendo que este versículo nos muestra que Dios está en la luz; por lo tanto, nosotros debemos caminar en la luz. Así como Dios se ha manifestado a Sí mismo en la luz del evangelio, nosotros también debemos ver a Dios en la luz del evangelio. No buscamos más a Dios en el Antiguo Testamento. Hoy Dios se ha manifestado a Sí mismo. Si El no se hubiera manifestado, nosotros estaríamos sin esperanza. Si El no se hubiera manifestado, nosotros aun estaríamos desconcertados, sin saber qué clase de Dios es El. Aun estaríamos en conjeturas acerca de El. Gracias a Dios que El se ha manifestado. Hoy nuestro Dios ha dejado de estar “fuera del escenario”. Ahora El está en el “escenario” es el Dios revelado. La palabra revelación es apocalipsis en griego.Apo significa quitar, y calipsis significa velo. Por lo tanto apocalipsis significa quitar el velo. Yo acostumbraba asistir a presentaciones teatrales. En el escenario hay siempre una cortina gruesa. Usted no sabe lo que se encuentra detrás de la cortina. Un apocalipsis es la apertura de la cortina.

Ahora Dios está en la luz. El es un Dios que está revelado. Entonces, ¿qué debemos hacer? Debemos caminar en la luz. Esto quiere decir que veremos y conoceremos a Dios en la luz. Hoy nosotros no conocemos a Dios por medio de conjeturas como les pasaba a los creyentes del Antiguo Testamento. Hoy Dios ha hablado. Ya no necesitamos recurrir a suposiciones. Hoy Dios está en la luz. El ya se ha revelado a Sí mismo en el evangelio. Si caminamos en esta revelación, el resultado será la comunión. Habrá comunión entre cristianos, y habrá comunión con Dios.

Ya que nosotros somos participantes en el evangelio y ya que Dios es también un participante en el evangelio, la sangre de Su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado. Si conocemos verdaderamente a Dios en el evangelio, veremos que la sangre de Su Hijo Jesús nos está limpiando de todo pecado continua y eternamente (1 Juan 1:9). En el lenguaje original, este versículo dice que la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia continuamente de todo pecado. La Biblia no nos indica que la sangre del Señor Jesús limpia por segunda vez. Lo que sí enseña es que la sangre de Jesús nos limpia todo el tiempo. No hay limpiezas múltiples. Sólo hay una limpieza continua. En la Biblia no existe el concepto de limpiezas múltiples. La verdad bíblica enseña un limpiar continuo.

El limpiar continuo de todos nuestros pecados por la sangre del Hijo de Dios es la obra del Abogado. La obra de la cruz se cumplió de sola una vez y para siempre. Pero la operación de Su limpiar y de Su sangre es continua. La cruz quitó nuestros pecados y nos limpió de ellos una sola vez, pero su eficacia es eterna. ¿Por qué es siempre eficaz? ¿Por qué nos limpia continuamente? Se debe al hecho de que el Hijo de Dios le presenta continuamente a Dios la obra consumada. No es una limpieza repetida, sino una demostración continua a Dios de que El ha muerto y que todos nuestros pecados ya han sido quitados. Hoy, El está limpiando continuamente todos nuestros pecados. Todos nuestros pecados están incluidos aquí. La eficacia de Su sangre dura por siempre porque el Señor Jesús es nuestro Abogado en el cielo continuamente. Su obra como Abogado es una continuación y una extensión de Su obra como Salvador. La obra del Salvador aconteció una sola vez, pero continúa en la obra del Abogado. Esta es la parte de la obra que le corresponde a Dios.

Gracia a la hermana Silvia por el fondo

Pedro Pablo






 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: simplementeGrace Enviado: 08/05/2010 00:30

 



 
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