No me lo alcanzo siquiera a imaginar; llamarlo celestial sería quizá lo más cercano, pero sé que me quedo corta. Esto en verdad me llena y me enternece al extremo, inunda mis ojos y se hace inevitable el frío que rodea todo mi pecho, que me llena de felicidad y a la vez de asombro.
¡Qué inspirador, mi Rey más que un excelente artista es palabra viva! En Isaías 65:17 dice: “Yo crearé nuevos cielos y nueva tierra”. Bueno, en realidad miró al cielo cada mañana y me encanta mirar su tonalidad cuando se ve despejado con su azul especial; o cuando se torna a ser oscuro anunciando lluvia. Y aún así me parece esplendido, es realmente hermoso. ¿Qué decir? Porque si este cielo es tan especial, ¿cómo será un nuevo cielo? Y la tierra, si tenemos cordilleras que adornan la tierra que son como las venas que recorren cada región, cada ciudad, que varía según su temperatura y que se adorna de matices espectaculares. Entonces, ¿cómo será una nueva tierra? ¡Inimaginable pero seguro majestuosa como toda la obra de mi Señor!
Isaías 65:18-19, continúa diciendo: “Más os gozareis y os alegrareis en las cosas que yo he creado por que yo traigo alegría y gozo y me alegraré y me gozaré con mi pueblo y nunca más se oirá en ella voz de lloro y clamor”. ¡Aleluya! Este versículo me llena de gozo, no sólo por la felicidad que en ella expresa sino por sólo pensar que mi Rey se alegrará con su pueblo. Tanto ha llorado por las transgresiones que hemos cometido desde mucho tiempo atrás y por ello su enojo se refleja en algunas partes de la palabra con gran tenacidad; pero esto ya no existirá más, por que el Rey estará feliz y feliz su pueblo.
Isaías 65:20- 23, dice que seremos de muchos años, que no trabajaremos para echar en saco roto. ¡Somos benditos, linaje del Rey!
Más ahí, en Isaías 65:24, dice: “Antes que clamen yo responderé, mientras aún hablan yo habré oído”. Me asombra tal gesto, antes que le diga “te amo”, Él ya me lo habrá dicho 10 veces. Y qué tal como termina este pasaje; el lobo y el cordero serán apacentados juntos, no habrá mal en todo mi santo monte.
¡Magnífico! Un lugar de extrema alegría, sobre abundancia y paz. Ante todas estas cosas que he mencionado antes, ¿quién no se inspira a seguir? ¿Quién no se arriesga a seguir luchando sin importar la adversidad sabiendo el pago del sacrificio?
Que diga el débil, ¡fuerte soy! Porque esta promesa es la que más debemos soñar, el Rey ansioso está de compartir con nosotros su nueva tierra, hagamos lo posible para que nuestro nombre esté inscrito en la lista, la cual va a llamar para entrar a poseer la tierra.