flores con el espíritu para María
1.- El espíritu de la verdad. Como la de Ella. No quiso caminos fáciles que le alejaran de Dios. Su verdad fue precisamente servir a Dios con un corazón sincero. Le ofrecemos en este día los Evangelios.
Queremos caminar con el Espíritu Santo, artífice de la verdad suprema.
2.- El espíritu de la fortaleza. No lo tuvo fácil María. Su camino no fue un sendero de rosas. Las espinas aparecieron en muchos momentos de su profunda fe. Con esta corona de espinas queremos reflejar, no aquellas de oro y de plata con las que coronamos su cabeza, sino el sufrimiento que padeció María por ser fiel a Dios y a Jesús.
3.- El espíritu de la constancia. El “sí” de María no fue “hoy sí”
y “mañana no”. Se comprometió en Nazaret y, pasando por el calvario o por la mañana de resurrección, su “sí” se mantuvo fiel y sin fisuras hasta el mismo día de Pentecostés. Con este “SI” manifestamos nuestro deseo de permanecer fieles en nuestra fe cristiana.