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General: EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 24 DE ABRIL DE 2011.FELIZ DIA DE RESURRECCION
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De: hermes sarmiento  (Mensaje original) Enviado: 24/04/2011 01:58

El Evangelio de Hoy DOMINGO 24 DE ABRIL DE 2011

Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor

¡Bienvenidos Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!

"El Señor este con Uds.".

Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo Resucitado

que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir y a llevar

una vida Espiritual llena de amor y paz. 

Con alegría leamos la palabra.

"Habla, Señor, que tu siervo escucha".

"Señor, creo que en las Sagradas Escrituras que voy

a leer se contiene Tu Santa Palabra.

Haz que la escuche con todo respeto y amor.

Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca

Tu Santa voluntad,y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad

lo que Tu quieres de mi.Espiritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza

y enciende mi corazón para que la palabra de Dios

pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio

 de Tu Palabra ,Tu Divina voluntad,lo que puedo y debo hacerlo

que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar,

como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.

Señor, aquí tienes mi corazón abierto, dispuesto

 a escuchar Tu Palabra con corazón sencillo y con

la voluntad decidida para obedecerle.

En Ti esta la luz y la salvación.

Amen y Amen

Primera lectura

Hechos de los Apóstoles 10,34.37-43.

Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo: "Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas,
Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan:
cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. El pasó haciendo el bien y curando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos lo mataron, suspendiéndolo de un patíbulo.
Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara,
no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con él, después de su resurrección.
Y nos envió a predicar al pueblo, y atestiguar que él fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos.
Todos los profetas dan testimonio de él, declarando que los que creen en él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre".

Meditación

Hemos comido y bebido con él después de su resurrección.

Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea…

 San Lucas –autor del libro de los Hechos de los Apóstoles según la tradición- pone en boca de Pedro un resumen de la obra de Dios realizada en Jesús y continuada por los apóstoles. La Resurrección del Señor aparece así, no como un hecho aislado en la vida de Jesús o de sus discípulos, sino como el centro del proyecto de Dios en favor nuestro. La Resurrección es el momento de la ratificación de este proyecto de Dios que, en apariencia, había fracasado con la muerte de Jesús.

El acontecimiento de la Resurrección hace comprensible la vida y obra de Jesús para los discípulos y los convierte en apóstoles, testigos, predicadores. Es el acontecimiento de la Resurrección el que cambia la vida, el que permite ver el mundo de otra manera, el que exigió de los discípulos, y exige de cada uno de nosotros, un nuevo posicionamiento existencial. La resurrección vuelve a unificar a los discípulos en torno al maestro y les da argumentos para dar fuerza al testimonio: hemos comido y bebido con él después de que resucitó de entre los muertos. El acontecimiento de la Resurrección transforma a los discípulos de judíos temerosos, en testigos ante el pueblo de la obra de Dios en Jesús, y del perdón de los pecados para cuantos crean en Él.

Salmo  118(117),1-2.16ab-17.22-23.

¡Aleluya! ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!
Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor!
la mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas".
la mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas".
No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor.
La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular.
Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos.


SEGUNDA LECTURA.

Carta de San Pablo a los Colosenses 3,1-4

Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios.
Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra.
Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios.
Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria.

Meditación

Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo 

En la Carta a los Colosenses —una de las llamadas «cartas de la cautividad»—, la reflexión de Pablo, que parte como siempre del acontecimiento pascual, llega a captar las dimensiones cósmicas del misterio de Cristo, denominado con algunos atributos fundamentales. Es creador junto con el Padre , primogénito de la creación y nuevo Adán , cabeza del cuerpo que es la Iglesia y redentor del mundo. El cristiano, por medio del bautismo, que le hace partícipe de la muerte y resurrección del Señor, mediante una vida de fe que lleva a su pleno desarrollo el germen bautismal, se convierte en miembro vivo de Cristo. Esto trae consigo no sólo el compromiso de renunciar al pecado para caminar en una vida nueva, sino también una orientación resuelta a las realidades celestes, sostenida por la conciencia de nuestra propia identidad de hijos de Dios, peregrinos a la ciudad eterna, hacia la que, por una parte, tiende, mientras que, por otra —en Cristo resucitado—, se encuentra ya.
De ahí la necesidad de elegir bien y de buscar «las cosas de arriba», de acuerdo con una vida resucitada, celeste. De ahí procede asimismo la invitación a prescindir de todo lo que vuelve la vida demasiado exterior y vacua (3,3). El cristiano ha muerto «a las cosas de la tierra» y vive escondido en Aquel que vive. Cuando Cristo se manifieste en la gloria, entonces se revelará también, a los ojos de todos, la belleza espiritual de aquellos que, actuando por la fe en adhesión a Cristo
en la vida diaria, han encontrado en él la unidad y la plenitud

El Evangelio de hoy

según San Juan 20,1-9.

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada.
Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto".
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro.
Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes.
Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró.
Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo,
y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte.
Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó.
Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.

Reflexión

"Este es el día que actuó el Señor"

El evangelio de Juan nos habla hoy precisamente de ese conjunto de dificultades que nublan el entendimiento humano y lo hacen incapaz de comprender las verdades de la fe. Los discípulas y discípulos no deben ir a buscar al Maestro al sepulcro. El lugar de Jesús de Nazaret ya no está entre los muertos, sino en la presencia de Dios desde donde anima a la comunidad a continuar su misión. María Magdalena comprende perfectamente este acontecimiento y, en lo profundo de su corazón, experimenta una alegría desbordante cuando descubre que el lugar para buscar a su Señor ya no es el cementerio.
Pedro y el otro discípulo corren alertados por la voz de la Magdalena. Pero, sólo el otro discípulo comprende el significado de la ausencia de Jesús. Pedro examina la tumba y las vendas, pero su entendimiento aún está atado a sus temores.
El evangelio concluye con la frase: «hasta entonces no habían comprendido la Escritura», para mostrarnos cómo la comunidad de creyentes debió recorrer un largo camino antes de comprender el significado y el alcance histórico de la resurrección de Jesús. Mientras ellos y ellas aún lloraban de dolor por la ausencia del Maestro, él ya estaba animando la vida de la comunidad en la eucaristía, en la vida comunitaria y en la solidaridad con los más pobres.
El texto nos invita a hacer un camino de fe que nos haga comprender el significado de la resurrección de Jesús para nuestras vidas. No basta con correr de un lado para otro buscando al Señor sin comprender lo que su resurrección significa. Es necesario aprender a descubrir en los signos de muerte el germen de la vida. Allí donde el discípulo desprevenido experimenta el vacío de la tumba, el ‘otro discípulo’, el que ama entrañablemente al Señor, descubre la manifestación más profunda del Dios de la vida.

Quiero darte gracias Señor ,porque tu vida da sentido a mi vida y has logrado renovar mi existencia.Esta alegría que hoy comparto con mis hermanos ,por Tu resurreccion,es un sentimiento que no quiero que se acabe; por el contrario, ahora que iré a descansar continua realizando Tu obra en mi ,para que mañana ,como los discípulos ,pueda ir a donde mis familiares, amigos y compañeros de trabajo,a contarles que estas vivo y vives también por ellos .

.“Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado.  Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor.Amen,y Amen .

 

* Te agradecería compartieras con tus amigos este mensaje.
Con el mayor de mis respetos. Saludos y Dios los Bendiga. *

GRACIAS POR TU AMISTAD

FELIZ DIA.

 

Hermes Sarmiento G

De Colombia

 Si deseas escribirme, hazlo a este correo.

Así, responderé oportunamente.

Gracias

Hermes281955@hotmail.com

 

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De: simplementeGrace Enviado: 25/04/2011 01:38


 
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