Jueves. XII semana del tiempo ordinario.
¡Bienvenidos. Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!
“El Señor este con Uds.”.Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo Resucitado que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.
Con alegría leamos la palabra.
“Habla Señor, qué tu siervo escucha”.
Señor, creo en las Sagradas Escrituras que voy a leer,se que contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza y enciende mi corazón para que la palabra de Dios pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio de Tu Palabra, Tu Divina voluntad, lo que puedo y debo lo, que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar, como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.Señor, aquí tienes mi corazón abierto, dispuesto a Escuchar Tu Palabra con corazón sencillo y con la voluntad decidida para obedecerle...En TI esta la Luz y la salvación.Amen, y Amen
Primera lectura
Génesis 16,1-12.15-16
Saray, la mujer de Abrán, no le daba hijos; pero tenía una sierva egipcia llamada Hagar. Y Saray dijo a Abrán: "El Señor no me deja tener hijos; llégate a mi sierva a ver si ella me da hijos." Abrán aceptó la propuesta. A los diez años de habitar Abrán en Canaán, Saray, la mujer de Abrán, tomó a Hagar, la esclava egipcia, y se la dio a Abrán, su marido, como esposa. Él se llegó a Hagar, y ella concibió. Y, al verse encinta, le perdió el respeto a su señora. Entonces Saray dijo a Abrán: "Tú eres responsable de esta injusticia; yo he puesto en tus brazos a mi esclava, y ella, al verse encinta, me pierde el respeto. Sea el Señor nuestro juez." Abrán dijo a Saray: "De tu esclava dispones tú; trátala como te parezca."] Saray la maltrató, y ella se escapó.
El ángel del Señor la encontró junto a la fuente del desierto, la fuente del camino de Sur, y le dijo: "Hagar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y adónde vas?" Ella respondió: "Vengo huyendo de mi señora." El ángel del Señor le dijo: "Vuelve a tu señora y sométete a ella." Y el ángel del Señor añadió: "Haré tan numerosa tu descendencia que no se podrá contar." Y el ángel del Señor concluyó: "Mira, estás encinta y darás a luz un hijo y lo llamarás Ismael, porque el Señor te ha escuchado en la aflicción. Será un potro salvaje: él contra todos y todos contra él; vivirá separado de sus hermanos."
Hagar dio un hijo a Abrán, y Abrán llamó Ismael al hijo que le había dado Hagar. Abrán tenía ochenta y seis años cuando Hagar dio a luz a Ismael.
Palabra de Dios.
Meditación
*Hagar dio un hijo a Abrán, y Abrán lo llamó Ismael*
Leeremos hoy un episodio de la vida de Abraham que parecerá quizá chocante a muchos de nosotros, occidentales. Este episodio es de capital importancia; permite, en efecto, relacionar el mundo musulmán -Islam=Ismael- con la Alianza y con la Fe monoteísta de Abraham. El Concilio Vaticano II ha sido necesario para que los cristianos reconocieran la dignidad del Islam, después de siglos de guerras y oposiciones. Por desgracia las heridas entre árabes y judíos no se han cicatrizado. Para convencerse de ello basta evocar la actual situación política del próximo Oriente. De modo que, una vez más, un texto, aparentemente «lejano» y casi «arqueológico» se revela como de flagrante actualidad: la trágica envidia de Sara y Agar continúa en pleno siglo xx. Por lo mismo, los cristianos deberían también prodigar una mejor acogida a los árabes que vienen a trabajar entre nosotros... A través de ese contexto, ¡la «humanidad» de Dios quedará patente!»
-Sara dio en maltratar a su sirvienta Agar -que estaba encinta- y ésta huyó de su presencia.
Podemos imaginarnos esas escenas penosas, aunque resulten desagradables. La poligamia, admitida entonces, no es ciertamente una solución ideal. La primera mujer, Sara, no acepta quedar rebajada ante la segunda, Agar, cuando ésta le anuncia que, ¡por fin!, dará un hijo a Abraham. De ahí surgen las palabras duras, los golpes y la huida hacia el desierto.
-El ángel del Señor la encontró junto a una fuente que hay en el desierto, camino del Sur.
El diálogo que se inicia entre ambos está lleno de «bondad» .
Dios mismo, por medio de su mensajero, trata de arreglar las cosas. «Retorna donde tu ama... Muéstrate sumisa... Estás en cinta, darás a luz a un hijo y le darás por nombre Ismael.
De este modo, también hoy Dios está presente en todas partes donde hombres divididos entre sí se dañan mutuamente, tratando de ayudarlos a soportarse los unos a los otros. Te ruego, Señor, por los árabes y por los judíos. Te ruego por todos aquellos que están en conflictos...
Porque el Señor ha oído tu aflicción.
Dejo que esta palabra penetre en mí. Nos revela más sobre Dios que muchas teorías.
Nuestro Dios es un Dios que compadece. Un Dios que considera a todo hombre como hijo suyo. Un Dios que está presente doquier hay un hombre que sufre. Un Dios que no se deja encerrar en los santuarios o en los ritos, sino que está allí, junto a «la fuente del Sur» donde hay una mujer joven en cinta. Un Dios que no se resigna a ver a sus hijos desunidos o enemigos.
Señor, que mi oración por el mundo entero llegue hasta Ti.
¡Hay tantas aflicciones todavía después de la de Agar!
Agar dio a luz un hijo a Abraham, y Abraham le puso por nombre Ismael.
Abraham busca a Dios a través de las costumbres de su tiempo. Pero, no es siempre fácil hallar la voluntad de Dios. Abraham por un momento creyó que ese hijo sería el cumplimiento de la «promesa». Pero no fue así. De error en error, de sufrimiento en sufrimiento ¡avanza, a pesar de todo, hacia la realización de lo que Dios le ha prometido! Señor, me atrevo a pedirte que mis titubeos y mis errores sirvan a tu designio. «Dios escribe recto en líneas torcidas.» ¡Afortunadamente!
Dentro del actual contexto patriarcal, la función de esta historia de Agar, en su mayor parte de tradición yahvista -la de 21,8s es elohísta-, consiste sobre todo en presentarnos dramáticamente la demora angustiosa, e incluso el aparente fracaso, de la promesa divina que preveía una descendencia para la esterilidad de Sara. Dios mismo, según las ideas del tiempo, la había privado de hijos. En estas circunstancias tan penosas, mucho más en el contexto de entonces, la única salida, considerada en aquel tiempo como válida, era la que escogió Sara para no dejar a Abrahán sin primogenitura. La esclava egipcia Agar se convertiría en la concubina de su marido, y el hijo que naciera de esta unión sería considerado como hijo de ella misma, recibiéndolo ella simbólicamente "sobre sus rodillas" (cf. Gn 30,3.9) cuando naciera. Sin embargo, las soluciones humanas no hacen con frecuencia sino agravar los problemas: Agar, viendo que había concebido, miraba con desprecio a su señora. Esta, ofendida, recurrió al arbitraje de su marido. El código de Hammurabí establecía que una criada que pretendiese equipararse a su dueña fuese degradada a la categoría de esclava. Abrahán optó por entregar a Agar en manos de su esposa. Huyendo de la ira desbordada de Sara y dirigiéndose hacia el sur, hacia su Egipto natal, Agar tuvo en el desierto, junto a un pozo, la visión del ángel de Yahvé (una forma de aparición de Yahvé mismo), que la exhortó al retorno y a la docilidad (el v 9, más reciente, compagina este capítulo con 21,8s). Además, le promete una descendencia numerosa y le anuncia el nacimiento del hijo que lleva en sus entrañas y el nombre que le ha de poner, que expresará la peculiaridad del hombre del desierto, libre y rudo, amigo de contiendas y discordias, que le acredita como el beduino por excelencia.
Los mejores significados de El-Roi son, seguramente, «El (=Dios) de la visión» o «El me ve». En cualquier caso, la teofanía justifica la fundación de un santuario de este nombre (el lugar es imposible de localizar).
La conclusión (15-16), así como el v 3, pertenecen a la tradición sacerdotal.
En este relato destacan la duda y la poca fe en el cumplimiento de las promesas, el recurso (en el momento de apuro) a los medios puramente humanos, que complican las relaciones interpersonales, la protección divina del hijo de Agar a pesar de no ser el hijo de la promesa y pese a su carácter salvaje y belicoso.
Todos estos aspectos nos interpelan fuertemente, más allá de la anécdota antigua, y conservan una indiscutible vigencia ahora y siempre. Todo podría resumirse así: hay que dejarse guiar por Dios, providente y fiel, que se cuida de todos y no desampara a nadie.
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Salmo: 105
*Dad gracias al Señor porque es bueno.*
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. ¿Quién podrá contar las hazañas de Dios, pregonar toda su alabanza?
Dichosos los que respetan el derecho y practican siempre la justicia. Acuérdate de mí por amor a tu pueblo.
Visítame con tu salvación: para que vea la dicha de tus escogidos, y me alegre con la alegría de tu pueblo, y me gloríe con tu heredad.
El Evangelio De Hoy
Mateo 7,21-29
*La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?" Yo entonces les declararé: "Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados."
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente." Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.
Palabra del Señor.
Reflexión
*La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena*
Paréceme que nunca lo he dado a entender como ahora, porque para buscar a Dios en lo interior (que se halla mejor y más a nuestro provecho que en las criaturas, como dice San Agustín que le halló, después de haberle buscado en muchas partes), es gran ayuda cuando Dios hace esta merced. Y no penséis que es por el entendimiento adquirido procurando pensar dentro de sí a Dios, ni por la imaginación, imaginándole en sí. Bueno es esto y excelente manera de meditación, porque se funda sobre verdad, que lo es estar Dios dentro de nosotros mismos; mas no es esto, que esto cada uno lo puede hacer (con el favor del Señor, se entiende, todo). Mas lo que digo es en diferente manera, y que algunas veces, antes que se comience a pensar en Dios, ya esta gente está en el castillo, que no sé por dónde ni cómo oyó el silbo de su pastor. Que no fue por los oídos, que no se oye nada, mas siéntese notablemente un encogimiento suave a lo interior, como verá quien pasa por ello, que yo no lo sé aclarar mejor.
Mas éstos, ellos se entran cuando quieren; acá no está en nuestro querer sino cuando Dios nos quiere hacer esta merced. Tengo para mí que cuando Su Majestad la hace, es a personas que van ya dando de mano a las cosas del mundo. No digo que sea por obra los que tienen estado que no pueden, sino por el deseo, pues los llama particularmente para que estén atentos a las interiores; y así creo que, si queremos dar lugar a Su Majestad, que no dará sólo esto a quien comienza a llamar para más.
Alábele mucho quien esto entendiere en sí, porque es muy mucha razón que conozca la merced, y el hacimiento de gracias por ella hará que se disponga para otras mayores. Y es disposición para poder escuchar, como se aconseja en algunos libros, que procuren no discurrir, sino estarse atentos a ver qué obra el Señor en el alma; que si Su Majestad no ha comenzado a embebernos, no puedo acabar de entender cómo se pueda detener el pensamiento de manera que no haga más daño que provecho, aunque ha sido contienda bien platicada entre algunas personas espirituales, y de mí confieso mi poca humildad que nunca me han dado razón para que yo me rinda a lo que dicen.
Lo que habemos de hacer es pedir como pobres necesitados delante de un grande y rico emperador, y luego bajar los ojos y esperar con humildad. Cuando por sus secretos caminos parece que entendemos que nos oye, entonces es bien callar, pues nos ha dejado estar cerca de Él.Jesús concluye esta gran catequesis sobre la vida cristiana con la invitación a vivirla. No se trata de ser “escuchadores” de la palabra de Dios, sino actores; de ponerla en práctica.El hacer milagros, sanar personas, expulsar demonios, no es un signo de pertenencia a Jesús…; estos signos pueden ser hechos también por obra del maligno. Por ello no basta decir: “¡Señor, Señor!”, sino vivir de acuerdo al Evangelio. Quien se dedica sólo a “escuchar” la palabra de Dios, y no hace un verdadero esfuerzo por vivirla, termina con una vida destrozada. En cambio, quien toma el camino angosto y la puerta estrecha que conducen a la vida, encontrará que su vida se construye en la paz y la armonía interior. El Evangelio no es una filosofía, sino la proposición concreta de Jesús a adoptar un estilo de vida cimentado en el amor, una vida que es capaz de resistir todos los embates de la vida y permanecer en pie, una vida que no se deja vencer por las crisis (cualquiera que éstas sean), sino que las supera y en ello manifiesta la solidez de su fe y su amor al Resucitado.
Acepto Señor, tu voluntad, te bendigo por lo que hoy me has negado. Lo que hoy no fue, si es tu voluntad será mañana. Tú eres el que sabes. Lo que no sucede es que no era bueno, Bendito seas siempre Señor, contigo no hay fracaso. Tu me bastas.Te adoro Señor, con tu Iglesia, donde me siento protegida de los falsos profetas. Señor, que estos lobos no destrocen tu viña. Líbranos de los mercenarios del Evangelio.Te adoro Señor, en unión de todos los que te adoran aunque no pertenezcan a la plenitud del Cuerpo de la Iglesia, pero si a Ti. Alma divina de La Iglesia.Te adoro con todos los creyentes en ti, el Único Dios.Señor Jesús, yo confieso que he pecado contra Ti, Por favor perdóname por haber andado en mi propio egoísmo y limpiadme. Yo te recibo como mi Señor y Salvador. Yo creo que Tú eres el Hijo de Dios, quién vino a la tierra, murió en la cruz, derramo su Sangre por mis pecados, y se levanto de los muertos. Dame tu fuerza, Señor. Ayúdame a vivir mi vida de forma que te agrade. Gracias por abrir el camino para yo poder orar a Dios el Padre, en tu nombre. Yo me regocijo en tu promesa, de que viviré contigo toda la eternidad en el cielo.Señor bendice nuestra casita y a todos sus integrantes de este bello grupo familiar y de amistad, que en sus corazones brille la paz, también en cada uno de sus familias, que todos gocen de buena salud, al igual que sus familiares. Que no exista los celos y la envidia, porque todo esta hecho con dedicación amor y trabajo. Te lo pedimos Padre Amado en el nombre de Tu Hijo Jesucristo. Alabado seas Señor, Bendito sea tu Santo Nombre Señor.Amén y Amen
GRACIAS SEÑOR POR ESCUCHARNOS
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Con el mayor de mis respetos. Saludos. Dios los Bendiga. *
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.
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De Colombia
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