Me duele todo

Muchas mujeres tienen anemia, artritis o artrosis, dolor de brazos, de cabeza, dolor ciático, problemas cardíacos, diabetes, dolor de muelas, de garganta, tos, dolor de espalda, problemas en la piel, cistitis, constipación.

A medida que van pasando los años van creyendo que la enfermedad es algo normal o que el cuerpo no funcione correctamente es algo lógico y producto de los años que van transcurriendo. Pareciera que dicen “Ya tengo 50 años, llegan los achaques de la edad. La vida pasa y el cuerpo se enferma”.

Hay gente a la que siempre le duele algo, todos los días algo diferente. Esta gente expresa a través de sus dolores algo que en realidad le está pasando internamente.
- Son mujeres que suelen tomar todo lo que sucede a su alrededor, lo cargan encima de su vida y de alguna manera su cuerpo va a manifestar la carga tan pesada que lleva.

- Son mujeres que absorben todo. Antes en la iglesia se acostumbraba a pedir oración y decir “te dejo ésta carga”, pero tienes que decir: “yo oro por ti pero no me llevo la carga”. Dios dice en su Palabra que la carga va a ser ligera, pero de la iglesia la gente se iba cargada. Sobre todo las mujeres que se reunían a orar, la carga era que le dolía el juanete, que le dolía el estómago y todo ese peso se lo llevaba otra.

Por eso tienes que aprender a hacer una lectura a las situaciones que pasan cotidianamente. No permitir que te afecte ni en lo físico, ni en lo emocional y mucho menos en lo espiritual. Son situaciones que  vas a vivir. Lo normal es que tu cuerpo se vaya gastando, pero debe ser con uso correcto, hay que usarlo bien, para disfrutar de la vida, para estar alegre, para divertirte y no para llevar cargas que no necesitas.

El cuerpo habla:
El cuerpo manifiesta por medio de enfermedades emociones que no han sido sanadas. Si esas emociones no fueron sanadas, no salieron de tu interior, buscaran salir y la enfermedad es la forma mas frecuente que “usan” las emociones para manifestarse.

Lucas 13:10. “Un sábado, Jesús estaba enseñando en una sinagoga. Allí había una mujer que tenía dieciocho años de estar jorobada. Un espíritu malo la había dejado así y no podía enderezarse para nada. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: ¡Mujer, quedas libre de tu enfermedad! Jesús puso las manos sobre ella, y en ese momento la mujer se enderezó y comenzó a alabar a Dios.”.

Jesús estaba en medio de una multitud y lo estaban buscando para que vaya a ver a la hija de Jairo, y cuando se estaba moviendo dice la palabra en  Lucas 8:43: “Entre esa gente estaba una mujer que desde hacía doce años tenia una enfermedad que le hacía perder mucha sangre. Había gastado mucho dinero en médicos, pero ninguno había podido sanarla. Ella se acercó a Jesús por detrás, tocó levemente su manto y en seguida quedó sana. Entonces Jesús le pregunto a la gente ¿Quién me tocó? Como todos decían que no habían sido ellos, Pedro le dijo: Maestro, ¿no ves que todos se amontonan a tu alrededor y te empujan? Pero Jesús volvió a decirles: estoy seguro de que alguien me ha tocado, pues sentí que de mí salió poder. Cuando la mujer vio que ya no podía esconderse, temblando de miedo fue y se arrodilló delante de Jesús. Luego frente a todos los que estaban allí, contó por qué había tocado el manto de Jesús y cómo de inmediato había quedado sana. Jesús entonces dijo a la mujer: Hija, fuiste sanada porque confiaste en mí. Puedes irte en paz.”

Dios tiene la sanidad que  necesitas, las busques o no. Dice la Biblia que cuando Jesús llamó a los apóstoles, les dio autoridad para sanar a los enfermos. También dice que cuando Jesús murió en la cruz, venció hasta a la misma muerte y venció toda enfermedad.
Sin embargo, nos miramos y creemos que van pasando los años y que es lógico que nos duela el cuerpo o nos enfermemos. Tienes que pensar como verás tu salud de aquí a diez años, pero también tiene que hacer algo para llegar a ese tiempo sana. Necesitamos ser personas saludables porque cuando no te duele nada no tienes impedimentos para hacer cosas durante el día, para ti misma y para los demás. Si piensas en la última vez que te dolió algo, seguramente no tenías ganas de hacer nada.

Una mujer saludable
Puede ilusionarse en que este día va a ser espectacular, se siente tan bien que quiere arrasar con todo lo que viene. Es una persona que tiene coraje, que es sabia y no se queda enganchada con las cargas de todo el mundo sino que enfrenta las situaciones con coraje. La mujer de por sí, es una persona con coraje. La mujer saludable, también es optimista, le puede doler algo o tener algún golpe accidental, pero no se deja vencer. Escucha el diagnóstico del médico pero declara en el nombre de Jesús que es una situación circunstancial y que está destinada para vivir con una salud de hierro. Si estás destinada a alcanzar grandes sueños, tienes que tener buena salud. La palabra dice que el bien y la misericordia te seguirán por largos años, y vivir largos años significa estar sana.

Se una mujer optimista
Algunas enfermedades están relacionadas con baja estima, por los tratos que recibieron. Hay mujeres que viven seleccionando en su mente recuerdos tristes y los asocian con situaciones feas, dicen “mi madre murió de un ataque de corazón, mi abuela también, yo no me siento bien, moriré como ellas”. Dan vueltas y vueltas alrededor del dolor, no solo no permiten la sanidad, sino que retroalimentan la enfermedad.
Tienes que elegir los mejores recuerdos, cuando te mires al espejo, cuando te mires a vos misma y veas la mejor creación del Señor, te tiene que producir placer. Te tiene que alegrar la vida.
La música que escuches también afecta. Generalmente cuando estas medio bajoneada escuchas música tranquila, que es lo más parecido a música de cementerio porque en tu mente te estás preparando. Tenes que escuchar música que te inspire que te levante el ánimo, que te desafíe. Otra de las actitudes que tiene la mujer saludable es que evita discusiones. Generalmente las mujeres se enganchan a discutir con todos, se descontrolan. El sexo femenino tiene la mayor cantidad de problemas cardíacos o estan al borde de un ataque de locura, porque frente a las circunstancias conflictivas, se dejan llevar. Vos tenes la capacidad dada por Dios para elegir como manejarte en la vida. Una mujer saludable no discute y a cada situación le da un sentido favorable porque no se quiere  enfermar ni quiere cargar con problemas.

Genera buenos momentos para recordar
Hay recuerdos de nuestro pasado que no nos hacen nada bien y los  tendrás hasta que empieces a generar recuerdos placenteros, buenas situaciones. Que mañana puedas acordarte de las cosas que estas viviendo hoy y te puedas reír. Generalmente, las mujeres que no son positivas preparan todo para la depresión, en la casa es todo oscuro y están encerradas porque no tienen ganas de nada y siguen generando recuerdos tristes.

Gánale a las situaciones difíciles
La vida nos presenta algunas circunstancias negativas que tenemos que aprender a leerlas para transformarlas en bendición. Dice la palabra que a los que aman a Dios todas las cosas le ayudan a bien, y cuando la palabra lo dice, así es. Vos tenes que sacarle el jugo a cada problema, tenes que guardarlos en tu mente porque a alguien le va a servir. Alguna situación negativa que pudiste resolver, es testimonio de que si Dios lo pudo hacer sobre tu vida, lo puede hacer sobre la de los demás.

Ten esperanza
Los dos pasajes hablan sobre la mano de sanidad del Señor sobre mujeres. Pero en uno de los casos, Jesús vio a la mujer que no pidió ser sanada pero la misericordia de Dios le produjo la sanidad. En la otra situación la mujer reconocía en Jesús la fuente de su sanidad.
Tu situación puede ser una u otra, podes tener algo físico, emocional o mental que sanar. Dios te dice que llego la sanidad para vos, el día en que se terminan los síntomas y vas a vivir como una mujer fuerte, saludable, optimista y que tiene la esperanza puesta en el autor y consumador de la fe.
Una mujer que tiene esperanza, puede contar con una herencia bien grande y un poder aún mayor que va a hacerla salir de las circunstancias más difíciles y  llevarla a los lugares altos. Esa mujer sabe que la sanidad va a venir.
Una de las mujeres pasó dieciocho años enferma hasta que Jesús la vio en esa situación. A veces venimos y  no le pedimos al Señor, porque nos pasó lo peor que nos podría haber pasado que es acostumbrarnos a estar mal, lo llevamos como parte de nuestro ser. Piensas que sos así, enferma de algo. Aceptaste ese diagnóstico como algo establecido, pero nosotras sabemos que si podemos creer en Él, todo puede ser transformado y nada es imposible.
Dios tiene para ti una herencia y un poder que se manifiesta de acuerdo a la fe que tienes en la presencia del Señor. El salmista decía: “he esperado cada día en Dios”. Nunca te canses de esperar en aquel que es el que hace la obra sobre la vida de sus hijos, nunca bajes los brazos. Porque el día que bajas los brazos, te estas entregando a todo aquello que el enemigo te envía para detenerte y frenar tus sueños y el propósito que Dios preparó para tu vida.

Mantente sana
Cuando no te duele nada, te sentís rejuvenecida, te sientes con fuerzas y con ánimo de salir y motivar a los demás. Estás saludable como quedaron estas dos mujeres después de ser sanadas por Jesús, ellas creyeron en el Señor.
Detrás de ti viene una multitud, porque eres una mujer saludable y optimista que tiene esperanza y que sabe que todo lo bueno viene de parte del Señor. Tienes que aprender a sacarle provecho a cada circunstancia, el propósito que Dios tiene sobre tu vida no tiene nada que ver con esa enfermedad que se tiene que ir de tu cuerpo.
Tienes que mirarte delante del Señor y empezar a darle gracias al Rey porque si te da vida te va a dar más en abundancia y con sanidad. Te vas a ilusionar con las cosas que te va a dar cada día.
Hebreos dice que tenemos que retener la confesión de la esperanza. Todo lo que has confesado y orado, tenes que retenerlo en tu interior, en tu espíritu. Dios te da sanidad en la  mente y en las emociones para que empieces a tener la mente de Cristo con respecto a las enfermedades.

Tenes que saber que sos una mujer destinada a la alegría y a tener la esperanza

Pastora Ana Castets

 Fanny