Preste atención a lo que dice "Despojémonos', no que Dios nos va a despojar, sino que es algo que tenemos que hacer nosotros. Al poner los fracasos, las ofensas que nos han hecho, las palabras que dijeron de nosotros, bajo la sangre de Cristo, le aseguro que de allí ni el mismo diablo se va a animar a sacarlas.

¿Cuantas veces no nos hemos sentido ofendidos o tal vez hemos sentido el fracaso en algo que pusimos todo nuestro empeño para que funcionara, para que pudieramos tener en nuestro hogar paz y bendiciones de Dios, en nuestro trabajo, ver prosperar lo que nuestras manos realizan... o tal vez solo nos desilusionaron y nos hemos dejado ganar por la amargura y el desazon?

Se lo que es sentir todo esto, incluso todo junto, hasta el punto de sentir los efectos fisicos y psicologicos del panico, con lo que el enemigo quiere arrebatarme la dignidad, la felicidad, el gozo del Señor.. Pero tambien te aseguro que si te determinas hoy a ver a Jesús en el presente, el milagro que El te dará, no sólo será algo nuevo y maravilloso que te va a bendecir hoy, sino que cambiará los errores del pasado y transformará los fracasos de ayer en motivos de alabanza.

Conocerás así a un Cristo de Poder, a un Cristo resucitado, tendrás un encuentro nuevo con el Señor, descubrirás algo en El que hasta ahora no has visto, un amor, un poder, una intimidad que hasta ahora no has tenido.

¿Te imaginas cómo habrán tratado a Jesús, Marta y Maria después de la resurrección del hermano? pienso que estaban cerrados, con los brazos cruzados y muecas de malestar, no queriendo ser convencidos. Con dureza seguramente expresaban 'tendrías que haber estado aquí. Pero cuando Lázaro resucitó ...¡los brazos no les alcanzaban para abrazar a Jesús, los besos eran pocos para amarle y agradecerle, los pies no le alcanzaban para correr y preparar la fiesta que iban a dar esa noche en la casa ni para buscar la música que hacía tanto tiempo que no escuchaban porque antes de eso había enfermedad y mucha tristeza!.

Cuando entra Jesús al presente trae música, fiesta y alegría, borra la enfermedad del pasado, el fracaso, el dolor, los errores, las faltas personales y de los demás hacía nosotros, todo queda sepultado.

Pero la decisión de despojarse de ese peso y verlo a Jesús en una nueva revelación, es totalmente personal y depende de tu voluntad. Voluntad de vivir, de amar y de perdonar. Dios os bendiga.

Graciela