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General: EN MI DEBILIDAD ESTA TU PODER ,OH DIOS
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: simplementeGrace  (Mensaje original) Enviado: 22/09/2011 22:00
 
 

EN MI DEBILIDAD ESTA TU PODER, OH DIOS

“Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con vosotros.” 2 Corintios 13:4 

¿Sabias que a Dios le encanta usar a los débiles? Yo he podido comprobarlo en mi vida,y sabes porque? porque he reconocido ante El mi debilidad.

Todos tenemos debilidades. Es más, tú tienes un manojo de defectos e imperfecciones: físicas, emocionales, intelectuales y espirituales. También tienes un sinfín de circunstancias incontrolables que te debilitan, como las limitaciones financieras o relacionales.

Pero lo más importante es: ¿qué haces con ellas? Pues generalmente solemos negar nuestras debilidades, las defendemos, las excusamos, las ocultamos y las resentimos. (pero no nos evita ver las debilidades ajenas no?) Pues el hecho de que las niegues le impide a Dios usarlas de la manera que desea hacerlo, pues El tiene una perspectiva diferente de tus debilidades. 

Dios dijo: (Isaías 55:9) “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” De modo que a menudo actúa en maneras exactamente opuestas a lo que esperamos, y por eso pensamos que Dios solo quiere usar nuestras fortalezas. Pero también quiere usar nuestras debilidades para su gloria. 

La Biblia dice: (1Corintios 1:27) “…y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte”. ¡Tus debilidades no son un accidente!. Dios deliberadamente las permitió en tu vida con el propósito de demostrar su poder a través de ti. ¡A Dios nunca le impresionó la fuerza ni la autosuficiencia!. De hecho, Dios es atraído a los débiles que admitan serlo. 

Jesús consideró el reconocimiento de nuestras necesidades como un atributo de los pobres en espíritu…” (Mateo 5:3). Esta actitud es la que él bendice.  La Biblia está llena de ejemplos de cómo Dios ama y usa a los imperfectos, a las personas ordinarias, para hacer cosas extraordinarias, a pesar de sus debilidades. 

Si Dios usara solo a personas perfectas, nada sería hecho, porque ninguno de nosotros es perfecto y el que Dios use a los imperfectos es muy alentador para todos nosotros. Debemos entender que una debilidad, o “aguijón”, como Pablo lo llamó, no es un pecado, ni vicio, ni un defecto de carácter que puedas cambiar.  Una debilidad es cualquier limitación que tengas, o heredaste, y no tienes poder para cambiarla. 

Puede ser una limitación física, como una enfermedad crónica, falta de energía o una incapacidad. Puede ser una limitación “emocional”, como un trauma, una personalidad excéntrica o una disposición hereditaria. O puede ser un talento o limitación intelectual”. Debes reconocer que no todos somos superinteligentes o talentosos.

Cuando piensas en las limitaciones de tu vida puedes ser tentado a concluir: “Dios nunca podría usarme”. Pero a Dios no lo detienen nuestras limitaciones.  De hecho, ¡¡Dios disfruta poner su poder en envases comunes!!. La Biblia dice: (1Corintios 4:7) “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”.

Igual que la artesanía común, somos frágiles, defectuosos y fáciles de quebrar. ¡Pero Dios nos usará si le permitimos trabajar por medio de nuestras debilidades!. Para que esto ocurra debemos seguir el modelo de Pablo: Reconoce tus debilidades. Admite tus imperfecciones. Deja de pretender que tienes todo bajo control y sé honesto contigo mismo. En vez de vivir negando o dando excusas, toma tiempo para identificar tus debilidades personales.  ¡Alégrate con tus debilidades!. 

Pablo dijo: (2 Corintios 12:9) “… Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.  Al principio, esto no tiene sentido. Aspiramos a ser libres de nuestras debilidades. ¡Pero nos alegramos con ellas! Sin embargo, el contentamiento es una expresión de fe en la bondad de Dios. Pablo da muchas razones para alegrarnos con nuestras debilidades. El apóstol, refiriéndose a su propia debilidad que Dios no quiso quitarle, dijo: (2 Corintios 12:10) “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.

Cuando te sientas débil, Dios te estará recordando que dependes de él.

Nuestras debilidades también previenen la arrogancia. Mantienen tu humildad. Pablo dijo: (2 Corintios 12:7) “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera”. A menudo, Dios nos conecta a una debilidad o a una fortaleza mayor para mantener nuestro ego controlado. Una limitación puede actuar como un regulador que nos previene de no ir muy rápido y adelantarnos a Dios. 

Nuestras debilidades también nos animan al compañerismo entre los hermanos.  Mientras la fuerza cultiva un espíritu independiente –“Yo no necesito de nadie”- nuestras limitaciones muestran cuánto nos necesitamos unos a otros. Cuando tejemos las trenzas débiles de nuestras vidas, una soga muy fuerte se crea. Un cristiano solo es frágil, pero unido a los muchos que forman la iglesia, entonces es fuerte. Recuerda que todos los gigantes de Dios fueron personas débiles.

Dios quiere tomar tu debilidad más grande y transformarla, por eso comparte sinceramente tus debilidades. Recuerda tambien  que para ministrar se empieza con ser vulnerable delante de Dios  quitandonos la máscara y compartiendo todo lo que guardas –tus luchas- de manera que Dios pueda usarte en servir a otros. Por supuesto, se que me diras que ser vulnerable es un riesgo pues puedes tener miedo a bajar tus defensas y a abrir tu vida a otros. Porque cuando revelas tus fallas, tus sentimientos, tus frustraciones y tus temores, te arriesgas a ser rechazado. Pero los beneficios valen la pena.

Ser vulnerable te ayuda a liberarte emocionalmente, alivia el estrés, desactiva tus temores y es el primer paso para la libertad. 

Sabemos que Dios “da gracia a los humildes”, pero muchos malinterpretan esto.  La humildad no es negar tus fuerzas o ponerte por debajo de otros, es ser honestos acerca de tus debilidades.  Mientras más sincero seas, más recibirás la gracia de Dios. También recibirás gracia de otros. Ser vulnerable es una cualidad que apreciamos; somos naturalmente atraídos hacia los humildes. Las pretensiones repelan. No obstante, la autenticidad atrae, y el ser vulnerable es el camino hacia la intimidad. Por eso es que Dios quiere usar tus debilidades, no solo tus fortalezas. Nuestras fortalezas crean competencias, mientras que nuestras debilidades producen comunión. 

En cierto punto de tu vida, debes decidir si quieres “impresionar” a las personas o “influenciarlas”. A distancia, puedes impresionar a la gente, pero debes estar cerca para influir en ella, y claro, si lo estás, es posible que vean tus defectos. Eso es bueno. La cualidad esencial para el liderazgo no es la perfección, sino la credibilidad.

¿Cómo puedo forjar mi credibilidad? No pretendiendo ser perfecto pero sí honesto. ¡Gloríate en tus debilidades!. Pablo dijo: (2 Corintios 12:5) “…pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades”. En vez de mostrarte autosuficiente e insuperable, obsérvate a ti mismo como un trofeo de gracia.  Cuando Satanás apunte a tu debilidad, acuérdate de Dios y llena tu corazón con alabanzas a Jesús que “entiende cada debilidad nuestra” y al Espíritu Santo, que “nos ayuda en nuestra debilidad”. 

Sin embargo, algunas veces Dios convierte una fortaleza en debilidad para usarnos aún más. Por ejemplo, Jacob era un manipulador que gastó su vida intrigando para después correr por sus consecuencias. Una noche, mientras luchaba con Dios, dijo: “No voy a dejarte hasta que me bendigas”. Dios le respondió: “Está bien, pero entonces le agarró el muslo a Jacob y le dislocó la cadera”. ¿Qué significa eso? Dios tocó la fuerza de Jacob –el músculo del muslo es el más fuerte del cuerpo- y lo transformó en debilidad. Desde ese día en adelante Jacob caminó cojeando de manera que nunca más pudo huir. Eso lo forzó a apoyarse en Dios, quisiera o no. 

Si quieres que Dios te bendiga y te use en gran manera, debes querer caminar cojeando el resto de tu vida, porque  recuerda ¡Dios usa a las personas débiles!.

Shaloom

Graciela


 

 



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