DOMINGO XXXII A
Sb 6,13-17;1Ts 4,13-17;Mt 25,1-13
Hoy, Jesús quiere explicarnos con el ejemplo de las 10 chicas: 5 necias y 5 prudentes que se acabó el cuento. Sí, el cuento de vivir y salvarse a costa de otro. Nos quiere enseñar hoy, que somos responsables cada uno de nuestro vivir y de nuestro morir y de la consiguiente desgracia o felicidad sobrevenida. La salvación es gratuita por parte de Dios pero el ser humano ha de abrir su puerta y no rechazarla. Dios ama al pecador y lo sigue pero su pecado rechaza el amor y seguimiento de Dios.
Como siempre nos hacemos una pregunta ¿Tu y yo somos de los que dejamos apagar, por desidia, nuestro candil y nos convertimos en “indignados” y “ocupas”(!) si no nos da luz el vecino?
¡ Ay! Dadnos de vuestra aceite….! Se lamentan las chicas necias que injustamente quieren lucir con aceite de la vecina .No se habían preocupado antes y ya no hay tiempo….. Este “ya no hay tiempo”, amigos, es algo muy serio y da que pensar.
Os advierto que entre las personas cristianas, que parecemos normales, la actitud de esas chicas necias es más corriente que lo que pensamos.
Cuando repetimos o llevamos a nuestra vida, sin reflexión alguna, las ideas escuchadas a otro. Cuando vivimos pendientes de imitar a alguien. Hay mucha gente que lo que intenta es “aparentar”. El “ser” no le preocupa demasiado. Se aparenta en el vestir, en el tener, en la educación, en el saber………. Estamos montados sobre relaciones personales vanas, superficiales y mentirosas.¡Oh,
el aparentar! ……“ Dadnos de vuestra aceite”, repetimos multitud de veces y en todos los aspectos de nuestra vida.
¿ Por qué no habremos traído la nuestra?... Por qué no nos esforzamos antes en prepararla? ¿Por qué no hemos almacenado para momentos de dificultad? ¿Por qué no hemos cuidado nuestra vida, viviendo la fe cristiana a fondo y con reflexión, sin reducirla a unas cuantas ceremonias y ritos sabiendo que a Dios no se le engaña con cualquier cosa?
Sufría una enfermedad de corazón grave. Me llamó diciendo: mañana me operan. Ven a verme. Llegué tratando de quitar hierro a la situación pero enseguida me dijo: “ No. No andes con muchas palabras de disimulo. Me operan mañana y es a vida o muerte. Es posible que estas horas mañana yo esté muerto. Así me lo han dicho y así le he pedido que me informaran. No hay más que hablar.”
Viendo convencido a mi amigo le dije: Ramón, si es así dime ¿qué sientes en la víspera de tu muerte? ¿Cómo ves la vida desde la cumbre? Ramón era el animador de una comunidad cristiana muy conocida por su hablar a fondo y por su actuar con coherencia. Me contestó:”Pues mira, se ven las cosas muy distintas. Te ríes de muchas a las que antes dabas importancia y le das mucha más importancia a otras que siempre has tenido casi descuidadas. Si Dios me concediera seguir viviendo, muchas cosas cambiarían en mi vida”. Todo salió bien pero a las pocas semanas, una recaída y a Ramón no le dio tiempo para comprar más aceite de reserva para su lámpara.
Amigos, existen seguros con pólizas de pompas fúnebres pero no existen pólizas que aseguran la vida. Cada día es un regalo, cada momento una prórroga.
Una feliz semana