¡        C  r  e  y  e  n  t  e  s       p  e  r  o    n  o    c  r  e  d  u  l  o  s

                                                  DOMINGO III DE PASCUA

Querido amigo, muchos creen que la fe es algo que se puede tener aparte de la vida, como si fuera un sidecar que lo acoplamos a nuestra moto o como un vestido que se cuelga en la percha para las ocasiones. De ahí que busquen a Dios por lo alto de las nubes o en lo maravilloso y fantástico fuera del mundo.

La fe, amigo, es un encuentro con Dios, que se produce y se desarrolla en el camino de nuestra vida ordinaria. El Señor está en el camino de la historia humana para ayudarnos a hacer de nuestros pasos una Historia de la Salvación.                                        La fe cristiana es profundamente realista, aunque muchos ateos o, mas bien, ignorantes,  el calificativo más suave que dedican a los creyentes es, que son  unos “crédulos”. Algunos, hasta sacan pecho para respirar fuerte y afirmar solemnemente que los espíritus fuertes y maduros no necesitan creer en lo que no ven. (¡)

Claro, amigo, que  observando un poquito los ves llenos de contradicciones porque se alimentan de horóscopos, de Tarot, de cartas y consultas a adivinas. La TV está llena de esos programas lo que significa que tiene abundante clientela que paga.

            El creyente auténtico es gente recia y madura que lleva su fe a su vida práctica, aunque no siempre sea facil. Aquellos discípulos, se resistían a creer: la Magdalena no lo reconoce, tampoco los dos de Emaus, aunque están con El toda una tarde; Tomás se niega a admitir un resucitado sin heridas en sus manos. Evidentemente no eran crédulos ni daban su brazo a torcer fácilmente.   

Leemos en el evangelio (Lc.24,45-47):                                                                                                 “……¿Por qué tenéis dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo………… ¿tenéis algo que comer? Le ofrecieron un pez asado y comió delante de ellos.   Esto es lo que os decía, mientras estaba entre vosotros. ……..lo anunciado por Moisés,  los profetas y los salmos tenía que cumplirse.

  “…….Al mostrarse resucitado, Jesús abrió el entendimiento a sus discípulos para que comprendieran las Escrituras….. y añadió: ….así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén”.                 “Todo se ha cumplido”, fueron sus últimas palabras antes de expirar.

Amigo o hermano que me estás leyendo. ¿Te has fijado que en los últimos párrafos del evangelio que comentamos hay una triple misión característica de los creyentes?:  1º“/Anunciar un mensaje de salvación”  e invitar a la gente a una conversión de vida y costumbres. Así lo hicieron los profetas y el mismo Jesús.

                     2º/”Pedir perdón y perdonar”, lo cual es totalmente desconocido en el vocabulario y costumbres de los no creyentes

                                      “VOSOTROS  SOIS TESTIGOS  DE  ESTO”