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General: EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 29 DE JULIO DE2012.DIOS LOS BENDIGA.FELIZ DIA
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De: hermes sarmiento  (Mensaje original) Enviado: 29/07/2012 12:45

El Evangelio DE

 Hoy DOMINGO 29 DE JULIO DE 2012.

XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. 

Habla Señor, qué tu siervo escucha”.

Señor, creo en las Sagradas Escrituras que voy a leer,se que contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla  con fidelidad lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza y enciende mi corazón para que la palabra de Dios pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio de Tu Palabra, Tu Divina voluntad, lo que puedo y debo lo, que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar, como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.Señor, aquí tienes mi corazón abierto, dispuesto a Escuchar Tu Palabra con corazón sencillo y con la voluntad decidida para obedecerle...En TI esta la Luz y la salvación.Amen, y Amen

Primera Lectura.

2Reyes 4,42-44.
*Comerán y sobrará.*

En aquellos días, uno de Baal-Salisá vino a traer al profeta Eliseo el pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja. Eliseo dijo: "Dáselos a la gente, que coman." El criado replicó: "¿Qué hago yo con esto para cien personas?" Eliseo insistió: "Dáselos a la gente, que coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará." Entonces el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor.
Palabra de Dios.

 

Meditación

La actividad profética de Eliseo tuvo lugar en el Reino del Norte. Eliseo es un profeta taumaturgo, a través de sus milagros intentó conducir al pueblo a Dios. En la liturgia de hoy se nos presenta la multiplicación de los panes. Aunque parece que no van a alcanzar para tanta gente, sin embargo, al repartirlos alcanza y sobra. La fuerza de este pan es más de orden espiritual: basta un poco de pan compartido con gusto y con alegría, para sentir su fuerza y su energía.

El contexto del pasaje es una situación de hambre. El pueblo está sufriendo en carne viva las consecuencias de un hambre prolongada. El pan de primicias es el pan hecho con la harina nueva de la cosecha reciente. Era una costumbre el llevar a los hombres de Dios, como signo de sacrificio y consagración a Dios, los primeros frutos del campo.

Jesús podría decirnos como a la gente que había comido los panes que multiplicó: me buscáis, no por aquello que significan las señales que habéis visto, sino porque habéis comido. Y podríamos añadir: porque habéis pasado un rato distraído. Más allá de la ingenuidad de estas narraciones, los ojos de la fe ven cómo Dios interviene en la historia de su pueblo en socorro de sus auténticas necesidades. La obra de Dios, decía Jesús, es creer en aquel que ha enviado, el único que puede dar la vida eterna. Por eso cuando Jesús, imitando hasta en algunos detalles este milagro de Eliseo, hizo repartir cinco panes de cebada entre cinco mil hombres e hizo recoger las sobras, venía a decir que él realizaba de verdad aquello que ya significaba el milagro de Eliseo: el Padre nos da en Jesús el único pan que puede dar la vida al mundo.

Salmo:144

*Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.*

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.
Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo; abres tú la mano, y sacias de favores a todo viviente.
El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.

Segunda Lectura

Efesios 4,1-6
*Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo*

Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Palabra de Dios.

Meditación

La carta a los Efesios es menos una carta de circunstancias que una exposición lírica y didáctica de la fe cristiana.

Un solo cuerpo, una sola fe, un solo Señor, un solo bautismo (Ef 4, 1-6) La vida cristiana no se reduce exclusivamente a la práctica de los sacramentos, sino, por el contrario, éstos dan a los cristianos su estatuto de vida. El cristiano, pues, debe comportarse de acuerdo con lo que ha recibido, y la unidad entre los miembros de la Iglesia no es sólo una moral, sino que es la epifanía de aquello en lo que se ha convertido cada cristiano; es la traducción de la transformación sacramental fundamental de toda su persona, es la nueva criatura que aparece tal cual es. Humildad, dulzura, paciencia, ayuda mutua en el amor, deseo de paz... todo esto no son virtudes añadidas a la vida, sino transparencia normal de quien está soldado a un mismo Cuerpo y en un solo Espíritu.
Este hermoso texto, muy claro, pero teológicamente sólido y profundo, debe ser meditado con frecuencia. Sin esta sólida base, el cristianismo se decolora, corre el peligro de caer en el mito y en la práctica supersticiosa de un ritualismo mágico. Ahora bien, los sacramentos no tienen nada de magia; los sacramentos comprometen, como es el caso del bautismo, que nos une en un mismo Cuerpo por el poder del Espíritu. En consecuencia, sólo hay un comportamiento posible para el cristiano.

Santo Evangelio:

Juan 6,1-15
*Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron*

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: "¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?" Lo decía para tentarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe contestó: "Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo." Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: "Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?" Jesús dijo: "Decid a la gente que se siente en el suelo." Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: "Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie." Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: "Éste sí que es el Profeta que tenía que venir la mundo." Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
Palabra del Señor.

Reflexión.

Nuestro mundo está hambriento de muchas cosas. Hay muchas carencias de todo tipo: materiales, psicológicas, educativas, morales, afectivas… Los que han tenido en sus manos el bienestar de la mayoría, solo se han preocupado de ellos mismos, dilapidando inconscientemente, sabiendo que el sistema acudiría en su ayuda. Es el mundo al revés. Las personas, además, se definen por lo que les falta o por lo que todavía no son, y así es como proyectan llegar a ser algo siempre diferente y presumiblemente mejor. Estamos marcados a fuego por la insatisfacción; ella es la que nos anima a cambiar continuamente, a transformarnos y querer alcanzar cada vez metas mayores.

Jesús, debido a que conocía a fondo esta condición humana, sabía detectar las necesidades de los hombres y mujeres de su tiempo. Es el Hijo del Dios que se preocupa por sus criaturas, que las convierte en hijos por los que develarse, y hace como todo buen padre: no puede dormir sabiendo que su hijo no se encuentra bien del todo. Jesús conoce también hoy nuestra hambre que, como entonces, no busca meramente ser saciada, porque no se trata solo de hambre del pan de trigo sino del hambre constante de un pan que no se puede comprar en la panadería.

El pan de nuestra hambre no se compra sino que se comparte; no es el resultado de un intercambio comercial, sino de una relación de amor y amistad. Cuando en el relato evangélico Jesús no da de comer sino que anima a dar de comer, aunque se tenga tan poco como cinco panes de cebada y dos peces para compartir, enseña que lo importante no es comer sino cómo haber comido. La mejor forma de hacerlo pasa por valorar lo que cada uno pueda aportar, reconociendo así el significado de cada persona, descubriendo cómo todos estamos llamados, tal y como decía san Pablo a los efesios, a estar unidos en el amor.

Este pan compartido entre todos y engrandecido por el amor divino deja realmente satisfechos a los que lo comen. Pero la satisfacción no es porque las tripas hayan dejado de rugir, sino porque los corazones han quedado ensanchados. Por eso este pan, que simboliza el amor fraterno, el de los hijos dignificados de Dios, sobra, sobreabunda y puede dar de comer a muchos más, a todos, a nosotros también, dos mil años después. Ciertamente no nos hace falta un Dios panadero que cubra nuestras necesidades como si de una función se tratara; descubrimos al Padre de Jesucristo que nos da más de lo que necesitamos, cuyo amor no solo nos llena sino que ante todo nos desborda.

OH Dios, protector de los que en ti esperan, sin ti nada es fuerte ni santo; multiplica sobre nosotros los signos de tu misericordia, para que, bajo tu guía providente, de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros, que podamos adherirnos a los eternos.Toma Señor mi libertad, mi memoria, entendimiento y voluntad. Todo mi ser y poseer, tú me lo diste, a ti Señor lo torno. Todo es tuyo, dispón de mí, según tu voluntad. Dame tu amor y gracia, que eso me basta». Gracias, Señor, por enseñarme a amar con obras concretas, sabiendo que tu gracia multiplica mi pobre esfuerzo.

Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado.  Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor.Amen,y Amen .

GRACIAS SEÑOR POR ESCUCHARNOS

Hermes Sarmiento G.

De Colombia

Cristiano católico

* Te agradecería compartieras con tus amistades este mensaje.
Con el mayor de mis respetos.

Saludos, Dios los Bendiga. *

GRACIAS POR  TU AMISTAD, FELIZ DIA.

 

Nota Importante:

Las imágenes que  utilizo en este mensaje, son a modo de ilustración, y no para adoración.

“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Yahvé tu Dios”. Éxodo 20:4-5



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