"Gracias, Dios Amado, porque cada vez que me encuentro persiguiendo fines equivocados,... ¡ un abrazo tuyo me indica el camino correcto, y encauzas mis pisadas por donde Tu quieres que vaya!.
Perdona mis propias decisiones y pensamientos que a veces miran el camino equivocado, y mis ansias que quieren apresurar las cosas y hacerlas como yo quiero, pero siempre llegas a tiempo para salvarme de mis propios pensamientos y me haces considerar los tuyos por sobre todo, para seguir obedeciendote.
¡...Te amo tanto, Señor...!, que mi espiritu me eleva siempre a Tu Santa Presencia para rendirme a Tus pies y esperar
en Ti."
Graciela