Cuando oro, estoy receptivo al fluir del bien, la guía y la inspiración divinas. Dejo ir las preocupaciones apartando mi atención de los problemas y temores. Descanso en la presencia de Dios. Si mi necesidad es de curación, afirmo la vida divina en cada órgano y célula en mí. Si deseo prosperidad, alejo mis pensamientos de escasez y declaro abundancia. Cualquiera que sea la necesidad, mantengo mi fe y atención sólo en la actividad del Espíritu.
Oro por mi familia, comunidad, país y por nuestro mundo —manteniendo la alta vigilia y afirmando el mayor bien para todos. Imagino que la luz divina resplandece sobre y en cada uno de nosotros, inspirándonos y bendiciéndonos, guiándonos y elevándonos en espíritu.
Luego de despedir a la gente, subió al monte a orar aparte.—Mateo 14:23
Jesús nos dijo que el reino de Dios está en nosotros. Esa comprensión desarrolló su naturaleza crística, y él vivió tan cerca de esa Verdad que se convirtió en su expresión perfecta. El término Cristo se refiere a la idea del ser humano en la mente de Dios. Es un concepto más que una persona.
Cuando Jesús sanaba a la gente, él invocaba su naturaleza divina —su naturaleza crística. La gente dejaba de identificarse con su enfermedad y despertaba a su Verdad: que su naturaleza verdadera era Dios. Aunque pueda experimentar dolor o enfermedad, sé que he sido creado de la sustancia divina. Invoco mi naturaleza crística con fe en que seré guiado por el camino correcto y perfecto hacia la curación.
Pero Jesús se volvió a mirarla y le dijo: “Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado”. Y a partir de ese momento la mujer quedó sana.—Mateo 9:22
Puedo decirles a los demás que tengo fe, pero los hechos hablan más fuerte que las palabras. Si continuamente cuestiono y dudo todo, no estoy reflejando a una persona que tiene fe. Al llevar una vida llena de fe, encuentro mayor paz, gozo y amor en todo lo que pienso, digo y hago.
Si tengo un reto de salud, oro con fe en que soy sano y estoy bien. Si tengo una decisión importante que tomar, confío en que soy guiado a mi bien. Escucho al Espíritu en mí y avanzo con fe según la guía que recibo.
Orar por una necesidad en particular es fácil. Mas tener confianza absoluta en el poder y la presencia de Dios requiere fe. Llevo mi vida con fe en Dios —la Fuente y el Creador de todo.
Examínense ustedes mismos y vean si permanecen en la fe … ¿Acaso no saben que Jesucristo está en ustedes?—2 Corintios 13:5
Doy gracias por todos los que han servido antes que yo.
Hoy doy gracias por los hombres y las mujeres que han servido a su país para hacer del mundo un lugar mejor. Honro su recuerdo con oraciones de gratitud. No tengo que estar de acuerdo con la premisa de la guerra para comprender el sacrificio que estas almas han hecho.
También traigo a la mente a familiares y amigos que se han ido de este plano físico y quienes han sido parte especial de mi vida. Estos seres queridos todavía están conmigo en mi mente y en mi corazón. Nuestras almas están entretejidas y no pueden ser separadas. Doy gracias por la vida que llevo gracias a que otros dieron su luz, vida y amor. Al recordar el pasado vivo en el presente y avanzo hacia el futuro en un espíritu de unidad y paz.
No ceso de dar gracias por ustedes al recordarlos en mis oraciones.—Efesios 1:16