La vida de Dios en mí me asegura un sinfín de posibilidades.
Un nuevo año ofrece nuevos comienzos. Según digo adiós al año anterior, saludo el nuevo con gozo y anticipación. El año ante mí tiene la promesa de un nuevo amanecer; nuevas posibilidades aguardan que las acoja y las lleve a cabo.
La oración es un recurso poderoso, y cada pensamiento divino es una oración. Mantengo mi atención centrada en la vida de Dios en mí. En esta conciencia sé que el bien que deseo es posible. El nuevo año encierra la promesa de amor, gozo, salud, prosperidad, armonía y mucho más. Reconozco con gratitud las muchas bendiciones en mi vida —aquellas ya recibidas y las que están por venir.
Vivo con confianza porque la vida de Dios en mí me asegura un sinfín de posibilidades.
Renuévense en el espíritu de su mente.—Efesios 4:23