Al orar doy gracias por las bendiciones recibidas y por recibir.
Me siento en paz cuando oro. Mis oraciones pueden ser un susurro que emana de mi alma o un momento que aparto para enriquecer mi relación personal con Dios. Oro con la comprensión de que no existe condición ni situación demasiado grande para una solución divina.
El poder para el bien es liberado en oración. Cuando abro mi percepción al poder de la oración unida, imagino a las personas en la familia de La Palabra Diaria y Silent Unity. Visualizo áreas resplandecientes con oración. Algunas regiones puede que tengan una sola persona unida en esta cadena de oración; sin embargo, esta luz individual es esplendorosa. La oración es una manera de honrar a Dios. Doy gracias por las bendiciones recibidas y por recibir.
De día el Señor me envía su amor, de noche no cesa mi canto ni mi oración al Dios de mi vida.—Salmo 42:8