La espiral ascendente hace que hoy
se ponga a prueba tu templanza y
saques a relucir tu verdadera esencia de luz.
Este juego no se diseñó con errores.
Los dolores, las penas, las frustraciones
y los conflictos, fueron
enseñanzas encubiertas para que aprendas a volar.
Una y mil veces caíste, y tuviste la fortaleza,
la dignidad y el coraje para volverte a levantar,
sin perder la confianza.
Tus alas no están rotas, solamente algo cansadas
y magulladas por los golpes. Sois amado y respetado.
Todo lo que estás viviendo,
es para demostrarte que puedes.
Lo que anida en tu pecho no es dolor.
Es el fuego del espíritu, que abre paso a tus recuerdos.
Este es el tiempo de la unificación.
Tu sabiduría es llamada a transformar la realidad.
Tus dones y talentos deben prestar servicio.
Hay otras almas peregrinas que necesitan de tu auxilio.
Naciste para inspirar con tu don de gente.
No dejes que la ilusión te engañe con sus viejos trucos.
Recuerda que nos prometimos ganarle el pulso.
Hoy seco tus lágrimas porque así lo hiciste conmigo.
Quiero que vuelvas a sonreír.
Necesito ver el brillo de tus ojos.
Vamos rumbo a la meta,
con las lecciones aprendidas.
No fue en vano tanto esfuerzo.
Honremos las enseñanzas.
Digámosle gracias con el corazón abierto,
en dirección al Sol.
Celebro porque estamos juntos y
cada vez somos más.
Esta noche, cuando eleves tu mirada al cielo,
presta atención a la Luna:
dejé un abrazo gigantesco, lleno de amor,
fe y esperanza, para que te cuide y
te acompañe en lo que resta del camino.
Hoy tu espíritu es llamado a revelar su maestría.