Usted puede evolucionar,
cambiar y ser distinto de mil modos,
y, sin embargo, ser una criatura perfecta.
La esencia de su perfección es su propia capacidad
para verse a sí mismo, para aceptar lo que
ve como perfecto en el momento presente,
y ser luego capaz de convertirse
en algo completamente distinto,
pero perfecto aún.
Resulta irónico que consideremos siempre
perfectos a los animales,
y nos neguemos, por otra parte,
esa misma cualidad a nosotros mismos.
Somos las criaturas más perfectas
que pueden crearse en este planeta:
de eso podemos estar seguros.
Usted es el resultado de millones y millones
de años de evolución, la obra de Dios
y de todas las demás influencias
que han conformado su llegada aquí.
Físicamente, no puede llegar usted a ser
mejor de lo que es. Su cuerpo y su mente
(si quiere diferenciarlos) son los modelos
más perfectos de la naturaleza
hasta la fecha para asegurar la supervivencia
y la perfección de una especie viva en la Tierra.
Debería usted maravillarse todos los días
de sus propias potencias y capacidades.
Ser perfecto significa verse
a sí mismo con ojos nuevos.
Significa permitirse llegar plenamente a la vida,
en vez de andar siempre dando vueltas,
pensando que aún no es usted
lo bastante bueno para
incorporarse a la Gran Competición.
Significa respetar su propia humanidad
y su ilimitada capacidad como ser humano.
Significa concederse permiso para desarrollarse
y alcanzar los niveles más altos imaginables.
En este sentido, tiene usted capacidad
para ser perfecto. Puede considerarse usted
una obra concluida (sin tener que presumir
ante los demás ni demostrar nada a nadie)
si cultiva el equilibrio, la confianza y
la sensación de orgullo interior,
dándose al mismo tiempo la posibilidad
de una plenitud humana total.
Wayne Dyer - El cielo es el límite