Acompañamos en su dolor a nuestra querida amiga: Fabiola,
quien ha sufrido una pérdida lamentable en su familia: su amado tío.
Fabiola: estamos contigo en este momento de pesar y anhelamos
que la paz y la resignación lleguen muy pronto a tu vida.
¡Que Dios Te Bendiga!
¡Que Dios Bendiga a tu querido tío y le dé la Paz Eterna!
REQUIEM PARA UN SER QUERIDO.
"Depositad este cuerpo mío en cualquier sitio, sin que os de pena. Sólo os pido que dondequiera que estéis, os acordéis de mí ante el altar del Señor" (Palabras de Santa Mónica en su lecho de muerte.)
San Agustín
Confesiones, IX, 11
RÉQUIEM
PARA UN SER QUERIDO
Silencio y paz.
Fue llevado al país de la vida. ¿Para que hacer preguntas? Su morada, desde ahora, es el Descanso, y su vestido, la Luz. Para siempre.
Silencio y paz.
¿Qué sabemos nosotros?
Dios mío, Señor de la Historia y dueño del ayer y del mañana, en tus manos están las llaves de la vida y la muerte. Sin preguntarnos, lo llevaste contigo a la Morada Santa, y nosotros cerramos nuestros ojos, bajamos la frente y simplemente te decimos: está bien. Sea.
Silencio y paz.
La música fue sumergida en las aguas profundas, y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas.
Se acabó el combate. Ya no habrá para él lágrimas, ni llanto, ni sobresaltos. El sol brillará por siempre sobre su frente, y una paz intangible asegurará definitivamente sus fronteras.
Señor de la vida y dueño de nuestros destinos, en Tus Manos depositamos silenciosamente este ser entrañable que se nos fue.
Mientras aquí abajo entregamos a la tierra sus despojos transitorios, duerma su alma inmortal para siempre en la paz eterna, en tu seno insondable y amoroso, oh Padre de Misericordia.
Silencio y paz.
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